Brasil condenó este martes de forma enérgica la presencia de diplomáticos del "régimen dictatorial" del presidente venezolano, Nicolás Maduro, en la Cumbre Iberoamericana de ministros de Asuntos Exteriores, pues considera que esta "erosiona" los pilares fundamentales de la comunidad.
"El simple hecho de situarse geográficamente en el espacio iberoamericano, no da derecho automático a representantes de dictaduras el derecho de sentarse al lado de representantes de naciones libres", afirmó el canciller brasileño, Ernesto Araújo, en su intervención, divulgada en los canales oficiales del Gobierno.
Araújo, un anticomunista y antiglobalista declarado, dedicó los diez minutos de su discurso para cargar contra el Gobierno de Maduro y pedir al bloque iberoamericano unirse en torno a la defensa de la "democracia", la "libertad" y la "vigencia del Estado de derecho".
"Y por eso no podemos callarnos ante la tragedia venezolana", dijo al inicio de su declaración.
En este sentido, subrayó el "rechazo" de Brasil a "la presencia en el encuentro de representantes del régimen ilegítimo de Nicolás Maduro" y al mismo tiempo "lamentó" la ausencia de "representantes del Gobierno legítimo" del líder opositor Juan Guaidó, reconocido como presidente interino por más de 50 países, entre ellos Brasil.
"Por qué razón el principio de unidad debe basarse en la dictadura y no en la democracia, es algo que no entiendo", espetó.
"No podemos esconder nuestra cabeza en la arena, tenemos que trabajar por la democracia en nuestra región y es eso lo que queremos hacer aquí", expresó.
Según el jefe de la diplomacia brasileña, la presencia del "régimen de Maduro" en el foro "erosiona los pilares fundamentales" de la comunidad, "el sentimiento de pertenencia" y "el deseo de estar juntos".
"Esta presencia es lamentable", sentenció.
Aunque aclaró que esta situación también abre nuevas oportunidades para que los miembros de la Cumbre Iberoamericana, formada por los países de Latinoamérica, España, Portugal y Andorra, se movilicen para "revalorizar y relanzar el foro como un espacio real para la defensa de la democracia y la libertad".
"No podemos avergonzarnos de hablar de democracia, no podemos avergonzarnos de hablar de libertad", apuntó.
"Si el proceso iberoamericano decide basarse en otra cosa que no sea la democracia, solo servirá a los liberticidios. No estamos aquí para crear o trazar un mínimo común denominador entre dictadura y democracia. La única integración válida es la integración entre naciones libres, no la integración entre carteles de la droga", aseguró.
Araújo recordó que Venezuela fue suspendida del Mercosur, bloque que ahora integran Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, y que la Organización de los Estados Americanos (OEA) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) tienen como representantes de la nación caribeña a enviados de Guaidó, "el gobierno que honra el nombre de Venezuela".
"Al permitir (la Cumbre Iberoamericana) la presencia de esta, en fin, representación por parte de un régimen dictatorial estamos exponiendo al resto de países de aquí, de nuestra comunidad", criticó.
"Un régimen que tiene, como sabemos, una estrecha simbiosis con el crimen organizado y todas sus facetas y con la corrupción trasnacional", manifestó.
LAS PROPUESTAS DE BRASIL EN LA CUMBRE IBEROAMERICANA
Para finalizar, presentó dos propuestas al resto de cancilleres de la Cumbre Iberoamericana. La primera para "ampliar" y "fortalecer" programas que tengan por objeto "combatir el crimen organizado", el "tráfico de estupefacientes" y "la trata de seres humanos".
Y la segunda, impulsar un "mecanismo de defensa eficaz" de la democracia con un procedimiento "claro y preciso" de "medición y decisión" para imponer, según Araújo, eventuales "sanciones efectivas contra cualquier país miembro que rompa con el orden democrático".
El Gobierno del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, es uno de los más fuertes críticos de Maduro, y reconoce a Guaidó como presidente legítimo e interino de Venezuela.
Brasil es desde hace algunos años el destino de decenas de miles de venezolanos que escapan de la crisis económica, política y social de su país. EFE