Caminante son tus huellas el camino, y nada más”. Esta es poesía de Antonio Machado, visión intensa del hombre, de caminantes y caminos, de senderos andados, de rutas conocidas acariciadas. ¿Dónde nos lleva el camino? ¿Cómo nos cambia el camino? ¿Cómo florece la esperanza dolida, cuando apenas partimos por el camino ansiado?…  Son estas poderosas incógnitas que debemos resolver.

Muchos años antes (siglo XV, hacia el 1470), el español Jorge Manrique escribía: “Partimos cuando nacemos, andamos mientras vivimos, y llegado el tiempo, fenecemos. […] Nuestras vidas son los ríos que van a dar a la mar, que es el morir”. Coincidía Manrique con la ciencia, que ve hoy al caminar como elemento preventivo, como recurso sanador, como ayuda para definir mejor lo particular de nuestra especie… Porque es necesaria una caminata en el bosque, para sentir ideas y aclarar sentimientos, para saludar la paz que radicada en nuestra interioridad.…

En efecto, una persona anda unos 200.000 pasos en su vida (177.000 kilómetros), cinco veces la vuelta al Ecuador: ¡Una larga caminata, que debemos saber emprender! “Un proceso de armonías, descansos y velocidad al andar, que bien combinado con la edad y sexo, nos acerca a predecir, con relativa exactitud, la longevidad y esperanza de vida de una persona”. Así lo asegura Dina Katabi, directora del Center for Wireless Network, del MIT, en USA, luego de analizar el caminar (zancadas, distancias, estabilidad, pausas, y otros parámetros) de 64.000 personas, durante un período entre seis y veinte años.

No es cuestión de adivinanzas, curanderos, dioses, pitonisas, horóscopos. Es cuestión de hacernos parte de lo encontrado en el camino, y de los beneficios que asimilemos. Se trata de predecir los problemas con la ciencia: ¡Cardíacos, Parkinson, Alzheimer y otros! Es ajustar los tratamientos físicos, médicos y tecnológicos avanzados, para corroborar lo que biólogos, médicos y naturistas ya sabían: ¡Que el cuerpo, por sabio y “elástico”, adapta sus movimientos y formas de andar, según el cambio de ambientes y los avances en edad!

La vida, como aventura, no tiene edad. Nuestra vida debemos convertirla cada día en una mejor y más responsable aventura. Cuando desarrollamos la vida como una aventura no hay tensiones, no hay conflictividad ni odios, y mucho menos deterioro físico y emocional… Todavía estamos a tiempo, nos esperan unos cuantos kilómetros, que debemos caminar con inteligencia personal y social, con los amigos, con dignidad, sentido de hogar y patria; para decir, al igual que el proverbio africano, que: “Las huellas de quienes caminan juntos, nunca se borran”…




Estimado lector: El Diario El Carabobeño es defensor de los valores democráticos y de la comunicación libre y plural, por lo que los invitamos a emitir sus comentarios con respeto. No está permitida la publicación de mensajes violentos, ofensivos, difamatorios o que infrinjan lo estipulado en el artículo 27 de la Ley de Responsabilidad en Radio, TV y Medios Electrónicos. Nos reservamos el derecho a eliminar los mensajes que incumplan esta normativa y serán suprimidos del portal los contenidos que violen la Constitución y las leyes.