La asfixia regulatoria tiene en jaque a las pequeñas y medianas empresas que aún mantienen sus puertas abiertas, y desestimula la formalización de emprendimientos, los cuales son fuente de generación de empleos y bienestar social.
Tal señalamiento se desprende de la reunión de la junta directiva de la Cámara de Pequeños-Medianos Industriales y Artesanos del Estado Carabobo (Capemiac), quienes hacen pública esta advertencia ante el llamado constante de sus afiliados.
El presidente de Capemiac, Antonello Lorusso, dijo que los altos impuestos, como el caso de algunos institutos municipales responsables de la recolección y disposición de los desechos sólidos, cuyos cálculos son hechos en base al tamaño del local y no de los residuos que se generan, se convierten en un significativo peso en la estructura de costos de las empresas.
Destacó igualmente la cancelación del impuesto inmobiliario, y que todo lo relacionado con servicios como el de aseo, agua y electricidad cobran altas tasas, pese a no ser servicios de calidad y presentar facturas con parámetros que no se adecuan a la actual situación del sector privado regional.
Señaló que se deben adaptar estos cobros a la compleja realidad del país y en especial de Carabobo, por cuanto sobre las pequeñas y medianas empresas recae gran parte de la generación de empleos y son eje fundamental para el Producto Interno Bruto (PIB).
Lorusso recordó igualmente que muchos emprendedores desean pasar a ser empresarios formales; no obstante, ante tal panorama abrumador, prefieren mantenerse en la informalidad y no crecer.
«Estamos dispuestos a reunirnos con quien debemos hacerlos. Los empresarios somos parte de la solución a los problemas de Venezuela y puntas de lanza del despegue de la economía. Sin embargo, requerimos de condiciones que nos permitan seguir aportando valor», finalizó .
Con nota de prensa