Más de 100 depósitos clandestinos de combustible han sido hallados en la ciudad de San Cristóbal, estado Táchira, en los últimos días.
Los sitios de almacenamiento, que carecen de las mínimas condiciones de seguridad, sirven como depósitos ilegales y son muy peligrosos, mientras el combustible es transportado a la frontera colombo-venezolana para luego ser vendido a las mafias que controlan el negocio en Colombia.
El denominado contrabando de gasolina es controlado por grupos irregulares colombianos, quienes pagan hasta 150 mil bolívares por cada pimpina de 30 litros.
Aproximadamente 50 % del combustible que llega al Táchira se va hacia Colombia gracias al contrabando, afectando el suministro normal de gasolina a los tachirenses, según reportes.