Un año nuevo nos aguarda, otro más que arriba cargado de tantas incertidumbres que muchos empresarios se resisten a planificar. ¿Para qué? nos dicen.

La economía da síntomas de una lenta recuperación que aún no alcanza a todos. La inflación repunta de la mano del irrefrenable gasto público, con su inyección de bolívares inorgánicos y devaluados que nadie quiere.

Los tributos y controles no dan respiro. La ansiada luz al final del túnel todavía no pasa de ser más que el leve resplandor de una luciérnaga en una noche con luna. Entonces la pregunta, para qué planificar.

Y sin embargo, en nuestro diario transitar por el mundo profesional repetimos incansablemente que todo negocio, de cualquier ramo, quizás hoy más que nunca debe ir de la mano de un ajustado ejercicio de planificación estratégica formal, que permita trazar el camino a seguir y que sirva de hoja de ruta en estas turbulentas aguas. Ajustando el rumbo cuando sea requerido, pero con claridad de las metas que queremos alcanzar y cómo pretendemos alcanzarlas.

Debemos cuestionar lo que hacemos y cómo lo hacemos, con el fin de determinar si nuestro modelo aún tiene posibilidades de éxito en las circunstancias actuales.

Preguntarnos si hay un mercado insatisfecho que podamos atender con nuestra oferta, si contamos con los recursos humanos y de capital requeridos para atenderlo, si tenemos ventajas que nos permitan competir y si están dadas las condiciones para continuar haciendo las cosas de la misma forma o si más bien debemos introducir cambios; y cuáles.

El gurú de la gerencia y otrora alto ejecutivo de G.E., Jack Welsh fue quien dijo que no podemos competir si no tenemos una ventaja competitiva.

En lo personal, trabajar en diversos ramos y con empresas aquí en el país y también en el exterior me permite aseverar que todo negocio debe revisar puertas adentro su gestión. Qué más puede hacer o debe dejar de hacer, hasta conseguir una solución adecuada para el momento y el mercado donde participa.

Esto es tan cierto hoy en Venezuela como en EE. UU., Latinoamérica, Europa y Asia. La pandemia, la disrupción logística, la inflación y la crisis energética son los causantes. Sólo que nuestro caso está exacerbado.

Localmente repetimos que aquí las cosas cambian de un día para otro, lo cual no deja de ser cierto, por lo que con más razón debemos prepararnos para poder soportar tales cambios y trabajar para mejorar todo aquello que sigue en cierta medida bajo nuestro control.

Indudablemente, hay marcadas diferencias entre los distintos sectores de la economía, pero cada emprendedor y cada empresa tiene ciertos clientes que pretende, con las particularidades que los agrupa y que le permiten atacarlos con su propuesta. Quiénes son, dónde están, quién los atiende, cuánto pagan, cómo les llego.

No es suficiente salir a vender. También debemos revisar los atributos de lo que ofrecemos, para reforzar y resaltar por qué habrían de comprarnos a nosotros y no a la competencia. Lo que se conoce como la propuesta única de ventas, o propuesta de valor. Qué hacemos mejor, más rápido, a buen precio, de mayor calidad, con gran servicio, las garantías, más útil.

Cuidar la liquidez es el factor financiero más importante para sobrevivir en esta economía inflacionaria y cambiante. Ante la ausencia del crédito bancario, por ahora no contamos con ese plan B. Como apunta el dicho coloquial entre expertos financieros, “cash is King”, el efectivo es el Rey.

Ciertamente, más fácil decir que hacer, pero no lo podemos obviar. Hay que implementar prácticas tales como recuperar la cobranza, aún si ello implica ofrecer mejores precios y mayores descuentos, usar el crédito de proveedores en la medida que se pueda, prever otras opciones para consecución de recursos, como aporte de socios, préstamos privados o el mercado bursátil.

El exhorto es a revisar qué hacemos y cómo, lo comparamos contra lo que queremos lograr y con la solvencia financiera con la cual contamos, trazamos un plan escrito del camino a seguir y quizás así tendremos mayores posibilidades de enfrentar con éxito el mercado que nos toca para 2023.




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