agua
(Foto cortesía)

No es un problema nuevo, sino uno que con el paso de los años solo se ha agudizado. Actualmente buena parte de los habitantes de Carabobo y Aragua padecen un déficit en el suministro de agua que supera el 60 % debido a las “muy frágiles” condiciones en las que se encuentra el Sistema Regional del Centro I y II.

Así lo señaló el vicepresidente del Centro de Ingenieros del Carabobo (Ceidec), Nizar Richani. A su juicio, la desinversión, la existencia de obras inconclusas y la falta de interés por parte de las autoridades competentes en resolver  de fondo el problema de la cuenca del Lago de Valencia han generado “la crisis hídrica más grave del país”.

En medio de la pandemia de COVID-19 comunidades enteras deben sobrellevar el día a día con frecuentes y prolongadas fallas en el suministro de agua, a pesar de que el lavado de manos es una de las principales recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para prevenir la propagación del virus.

Richani, junto a la Comisión de Agua del Ceidec, tienen bien identificados los problemas que deben ser atacados para la recuperación del servicio: desde el estado de los embalses como Pao-Cachinche, las plantas potabilizadoras y la infraestructura de distribución, hasta la urgente necesidad de saneamiento y control del crecimiento del Lago de Valencia.

“Se requiere evaluar a ciencia cierta las condiciones actuales del sistema, a fin de generar respuestas a corto, mediano y largo plazo a la población y garantizar el servicio de agua con criterios de confiabilidad y sostenibilidad a la población”, expuso el ingeniero a través de su cuenta en Twitter.

Para el especialista, el Lago de Valencia debe transformarse en la solución al problema hídrico de la cuenca, que afecta gravemente a las poblaciones de Aragua y Carabobo. En total son más de cuatro millones de personas, entre ambos estados, las que dependen del Sistema Regional del Centro I y II.

“Reúso seguro del agua y otras variables de avanzada deben implementarse cuanto antes”, aseguró el vocero del Colegio de Ingenieros de Carabobo. “Insistimos en generar una comisión ampliada técnica, social y política para dar respuesta a la población en este tema   hídrico que afecta al centro del país”.

Una mirada a Valencia

La escasez de agua a través de tuberías es un escenario que se replica en los 14 municipios de Carabobo. En el caso particular de Valencia, se ubica entre las ciudades del país que peor evalúan el servicio de agua potable, de acuerdo al más reciente estudio del Observatorio Venezolano de los Servicios Público (OVSP).

De los valencianos consultados por el OVSP, 76,6 % calificó negativamente el servicio de agua. Si bien la inconstancia en la recepción del suministro es uno de los motivos por los que lo calificaron de esta forma, no es menos importante la poca confianza que sienten los usuarios hacia la calidad del recurso.

Valencia, junto a Caracas y Porlamar, es una de las ciudades donde los usuarios reportan más problemas asociados a las características físicas del líquido. 70,5 % de los encuestados indicó que el agua presenta algún olor, 54,9 % señaló que presenta algún olor y 30,9 % afirmó que presenta algún sabor.

Esta desconfianza hacia el agua que reciben en sus hogares llevó a que el 58,1 % de los ciudadanos que participó en el sondeo manifestara que recurre a la compra de agua embotellada como principal método de potabilización del recurso. Como segunda opción, la práctica de hervir el agua.




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