Colas en estaciones de servicio en Valencia
Colas para surtir gasolina en estaciones de servicio La Ceiba y Redoma de Guaparo,. Foto: Dayrí Blanco

La dinámica de Carlos Mejías cambió totalmente. Él es comerciante y ha tenido que enfrentar los embates de la cuarentena para poder sobrevivir. Pero eso no es todo. También debe invertir su tiempo entre las colas por gasolina y el trabajo para mantener a su familia.

No ha sido fácil. El pasa noches en las estaciones de servicio porque si no se moviliza con su vehículo no produce económicamente.

“Paso dos días en cola, cuando llego a casa no hay comida, al tercer día debo trabajar muchísimo en la calle para poder hacer un mercadito y se consume más rápido la gasolina, y después debo venir a la bomba para ver si puedo echar otra vez”.

Para él, el sistema de abastecimiento se convirtió en toda una anarquía que le toca enfrentar a todos los venezolanos. “Pagamos las consecuencias de todo y, de verdad, esto ya no se aguanta”.

Este lunes parecía tener algo de suerte. Llegó a las 3:00 a.m. a la estación de servicio La Ceiba, ubicada en la avenida Bolívar Norte de Valencia. Dos horas más tarde se dio cuenta de la entrada irregular de carros al comienzo de la larga fila.

“Me molesté y me acerqué para ver qué pasaba, y resulta que estaban vendiendo puestos por 10 y hasta 15 dólares.  Y a eso también nos enfrentamos. Es un estrés muy grande que no merecemos”.

Trabajo a medias

Gilberto Álvarez ya no cumple como antes en su trabajo. Para él es imposible ser responsable con el horario, al menos una vez a la semana, cuando hace cola por gasolina en una travesía que le quita casi todo el día.

Con suerte pasa la noche en una estación de servicio y las 12:00 p.m. de día siguiente logra salir. “Notifico en la oficina que voy tarde y me incorporo a la 1:00 p.m. sin almorzar y sin nada. Toca hacer ese sacrificio”.

La mañana de este lunes estaba en cola en la avenida Bolívar Norte de Valencia. Ya eran las 11:00 a.m. cuando llegó tras enterarse por un grupo de WhatsApp que había llegado una gandola cargada en la gasolinera de la Redoma de Guaparo.

Tenía más de 400 vehículos por delante y albergaba la esperanza de tener a oportunidad de abastecer su vehículo porque solo le quedaban cinco litros de combustible. Para él, esta experiencia es traumática.

Y aunque ya pasó un año del sistema de venta en dólares o a precio subsidiado en estaciones de servicio seleccionadas, la crisis no ha mermado. “Eso no solucionó nada. El problema es que no se está produciendo gasolina, la Refinería El Palito está más parada que produciendo, la de Cardón ni se sabe porque explota a cada rato, y del resto no se sabe nada”.

La realidad en la mayoría de las estaciones de servicio de Carabobo, cuyo 80 % vende a precios dolarizados, es que no les llega combustible con la misma regularidad de antes. Mientras tanto, desde Pdvsa no se emite ningún tipo de pronunciamiento.




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