El Gobierno de EEUU sancionó este lunes a 700 individuos, empresas y entidades de Irán, principalmente de sus sectores energético y financiero, entre los cuales se encuentran dos entidades financieras venezolanas.
En un comunicado, el Departamento del Tesoro de EEUU detalló que la lista de 700 sancionados incluye a la Organización de la Energía Atómica de Irán (OEAI), encargada de implementar las restricciones al programa de energía nuclear de Teherán, así como la aerolínea estatal Iran Air y 67 de sus aviones.
Fueron sancionados también 50 instituciones financieras, entre las que destaca el Banco Central iraní y el Banco de Desarrollo de Exportaciones de Irán (EDBI).
Debido a su relación con esta última entidad, el Departamento del Tesoro ha decidido amonestar a dos entidades venezolanas: el Banco Internacional de Desarrollo, que actúa como subsidiaria del EDBI, y el Banco Binacional Irán-Venezuela, destinado a desarrollar los lazos económicos entre los dos países.
Las sanciones, sin embargo, no afectarán a las centrales nucleares de Arak (centro de Irán), Bushehr (sur) y Fordow, cerca de la ciudad de Qom, informó el Departamento de Estado. Las plantas continuarán operando sin que les afecten las sanciones, pero lo harán “bajo el más estricto escrutinio”, explicó el Gobierno.
En una rueda de prensa, el secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, anunció que ocho países (China, India, Italia, Grecia, Japón, Corea del Sur, Taiwán y Turquía) estarán exentos de esas restricciones.
Esas exenciones, que durarán seis meses, se concedieron bajo “circunstancias especiales” y buscan “garantizar un mercado petrolero bien abastecido”, aunque Washington aspira a reducir a “cero” los ingresos que Irán obtiene del petróleo.
Esas ocho naciones son las mayores importadoras de crudo iraní.
Pompeo insistió en que su Gobierno continuará con su “campaña de presión económica sin precedentes” para forzar a Irán a acabar con sus “actividades malignas” en Oriente Medio, y obligarle a negociar un pacto que no se limite al programa nuclear y englobe su respaldo a grupos como la organización chií libanesa Hizbulá.
“El régimen iraní tiene opciones: puede hacer un giro de 180 grados en su curso de acción ilegal y actuar como un país normal, o puede ver cómo se desmorona su economía”, advirtió Pompeo.
El Ejecutivo estadounidense volvió a imponer sobre Irán desde este 5 de noviembre las sanciones que había levantado tras la firma del acuerdo nuclear suscrito en julio de 2015 por la República Islámica y el G5+1, entonces integrado por Rusia, China, el Reino Unido, Francia, Alemania y Estados Unidos.
El presidente estadounidense, Donald Trump, se retiró del acuerdo en mayo y anunció la reanudación de las sanciones.
Como resultado de las nuevas restricciones quedan congelados los activos que los sancionados tienen en EEUU, mientras que los estadounidenses y sus empresas no podrán hacer negocios con los afectados, entre los que se incluyen entidades portuarias, bancos y compañías del sector energético.
Además, las sanciones afectan a las empresas que hagan negocios con Irán o las personas que faciliten esas transacciones.
Ese punto generó una gran preocupación en la Unión Europea (UE) y, por eso, en septiembre, anunció la creación de una canal especial para evitar las sanciones de EEUU y facilitar el intercambio entre Irán y las cinco potencias que siguen respaldando el pacto nuclear (Rusia, China, Francia, el Reino Unido y Alemania).
Frente al rechazo que han provocado las nuevas sanciones en la UE, Pompeo consideró hoy que su país ha sido “sinceramente muy claro” con sus socios europeos sobre su política hacia Irán.
“Hay algo que todo el mundo debería saber: las empresas europeas ya han tomado sus decisiones. Decidieron no hacer negocios con la República Islámica de Irán. Y, entonces, por eso, estamos muy seguros de que el régimen de sanciones que estamos implementando será efectivo”, defendió Pompeo.
Las sanciones, sin embargo, no afectarán a las centrales nucleares de Arak (centro de Irán), Bushehr (sur) y Fordow, cerca de la ciudad de Qom, informó el Departamento de Estado. Las plantas continuarán operando sin que les afecten las sanciones, pero lo harán “bajo el más estricto escrutinio”, explicó el Gobierno.
Desde que Washington anunciara sus sanciones en mayo, las exportaciones petroleras de Irán han caído en unos 800.000 barriles diarios (de los 2,5 millones anteriores) y la moneda nacional, el rial, se ha devaluado fuertemente. EFE