Por segundo año consecutivo la cuarentena trastocó las tradiciones de la Semana Santa. Sin procesiones ni templos abiertos, los devotos recibieron la bendición del Nazareno este Miércoles Santo dentro de los hogares.
Debido a las medidas implementadas por el gobierno ante el aumento de casos de COVID-19, la Arquidiócesis de Valencia suspendió las procesiones, recorridos de los santos en vehículos y misas presenciales en Carabobo, con el propósito de prevenir la propagación del virus.
La tradición de visitar las iglesias en estas fechas cambió. Así lo consideró Gregoria Golindano, habitante de Naguanagua. “Con esta situación desde las puertas de nuestros hogares rezaremos. No pagare promesas pero si me arrodillaré a pedirle al Nazareno, el único que nos puede salvar de este virus”.
En tiempos difíciles los fieles creyentes de Jesús viven en oración este día sagrado. “Hoy tenemos la bendición de transformar nuestros hogares en iglesias domésticas, nos van a pasar al Nazareno por las puertas de nuestras casas y avenidas, donde pagaremos promesas, de alguna u otra manera se realizará en familia, pidiendo por el fin de esta pandemia”, señaló Ofelia Martínez, quien como cada año se vistió con una franela morada con la imagen del Nazareno.
Otros feligreses, como Rosario Torres, decidieron acercarse hasta la iglesia más cercana para hacer una parada breve. Ella lo hizo en su bicicleta, vestida con una túnica morada. Aseguró que pretende hacer un recorrido junto a otro ciclistas por diversos templos de Naguanagua. “Tengo una tradición que siempre la celebro en Apure, con el Nazareno de Achaguas, pero por motivos de la pandemia no pude trasladarme hasta allá”, dijo mientras estaba frente la iglesia Nuestra Señora de Begoña. “Hoy estamos todos los Ciclistas Urbanos de Carabobo recorriendo los templos con grupos de tres personas”.
Feligreses aseguran que este año pagarán sus promesas en el hogar, para cumplir harán un ritual con recorridos por sus comunidades y vestirán con de color morado.