No hay cifras exactas. Pero la realidad de diciembre de 2017 en Carabobo fue totalmente contraria a la registrada durante el mismo mes de años anteriores. Esta vez los días estuvieron marcados por protestas de calle que no eran usuales en esa temporada.
El cierre de vías fue repetitivo. Se dieron para exigir mejoras en el suministro de agua, de gas doméstico y por las constantes fallas con el servicio eléctrico. «Eso fue inesperado porque en años anteriores no se registraban manifestaciones en diciembre”, resaltó el vicepresidente del Sistema Integrado de Protección Civil y Bomberos de Carabobo, Jacobo Vidarte.
Como otro hecho extraordinario mencionó la caída en 80% de la venta de fuegos artificiales. «Hubo menos vendedores informales de ese tipo porque los costos de elementos pirotécnicos son muy elevados y la gente se ha abocado a otras prioridades económicas, eso lo decimos de manera responsable”.
Esa situación fue favorable en cuanto a la merma de eventos accidentales. “Tuvimos menos afectación por eso, en cuanto a incendios forestales, quemaduras, e incluso en la atención del rescate de animales que se subían árboles y partes altas de las casas para esconderse asustados”.
Los accidentes de tránsito tuvieron una disminución considerable como consecuencia de dos eventos fortuitos. Por un lado, las fallas en la distribución de gasolina provocó menos desplazamiento de vehículos durante el mes de diciembre, y por el otro, la caída en la compra y consumo de bebidas alcohólicas por sus elevados precios.
El Sistema Integrado de Protección Civil y Bomberos de Carabobo está conformado por 773 funcionarios y 46 organizaciones voluntarias que representan dos mil 41 personas, que trabajan para dar respuestas oportunas. En promedio se prestan al día 30 servicios de ambulancia y se asisten alrededor de 40 hechos viales entre los 14 municipios de la entidad. “También hemos logrado coherencia de trabajo con radioaficionados y mejorado las comunicaciones”.
