Viera Figueredo, de 26 años, vivía en el Barrio Bolívar, Petare, era dirigente del Consejo Comunal del sector y trabajaba en los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), programa promovido por el Estado para que las propias comunidades distribuyan los alimentos en sus zonas pero, que ha sido criticado por distintas ONG por su discriminación política. No obstante, no hay partido político que valga cuando las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES) realizan sus operativos.
A las 5:40 a.m. del pasado lunes 14 de enero, este cuerpo de seguridad adscrito a la Policía Nacional Bolivariana (PNB), ingresó sin orden de captura o allanamiento al hogar de Beiker e inmediatamente detuvieron a su mamá, Belkys Figueredo, a sus dos hermanos menores de edad y al novio de la madre. Este grupo permaneció cuatro horas retenido en una sede del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), en el Llanito. A las 10:00 a.m. pudieron regresar al barrio. Nunca les dijeron los motivos de su aprehensión.
Al volver, los más de 30 funcionarios, según cuenta Figueredo, permanecían en el lugar. “A mi casa no me dejaron entrar. Los tipos tampoco me decían nada hasta que me vieron desesperada mientras gritaba que no aguantaba más el dolor y sufrimiento. Entonces, me dijeron que mi hijo estaba herido en el hospital Domingo Luciani”, detalla Figueredo.
Cuando llega al centro hospitalario, ubicado también en El Llanito, a las 2:00 p.m., el equipo médico le informa que su hijo había ingresado sin signos vitales a raíz de dos tiros en el pecho.
Viera Figueredo deja a un hijo de seis años. Su madre recuerda que una vez tuvo problemas con la justicia y, supuestamente, pagó su condena. Esto ocurrió hace más de 10 años, cuando el joven era menor de edad y fue acusado por porte ilícito de armas. Por esa acusación estuvo preso dos semanas en “Cochecito”.
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