(Cortesía)

Ante una corte federal de Miami, en Florida, Estados Unidos, fue acusada por lavado de dinero la exenfermera del fallecido Hugo Rafael Chávez Frías, Claudia Díaz.

A la mujer se le señala de haber recibido sobornos de un magnate multimillonario de los medios de comunicación para dar luz verde a lucrativas transacciones monetarias cuando se desempeñaba como tesorera nacional de Venezuela, destaca este sábado la agencia de noticias norteamericana Associated Press.

Díaz y su esposo, Adrián Velásquez, fueron acusados ​​de tomar al menos 4.2 millones de dólares en apoyo del esquema de soborno, según los cargos presentados el viernes.

“Los pagos procedían de empresas y cuentas bancarias ubicadas en Suiza a las cuentas de la pareja en Miami”, reseñó.

Según los fiscales, detrás de los pagos se encontraba el empresario Raúl Gorrín, dueño de Globovisión, quien se encuentra en la lista de personas buscadas por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EEUU, luego de ser acusado por su presunto papel en una conspiración de lavado de dinero de 2.400.000 millones dólares en 2017.

La exenfermera, de 46 años, era un ex suboficial de la Armada de Venezuela que se hizo cargo de un Chávez enfermo falleciera por cáncer en 2013. En 2011, Chávez la nombró tesorera nacional de Venezuela. Fue reemplazada cuando Maduro fue elegido en 2013.

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Díaz y su esposo, exasesor de seguridad de Chávez, viven actualmente en Madrid, donde fueron detenidos brevemente en 2018 por una orden de arresto venezolana. La corte suprema de España rechazó la solicitud de extradición de Venezuela, al considerar que la pareja podría ser torturada si regresa a casa.

Los fiscales estadounidenses han acusado a decenas de funcionarios y empresarios relacionados con Maduro como parte de una campaña para erradicar la corrupción que azota a la nación sudamericana rica en petróleo. Se estima que se han saqueado más de 300.000 millones de dólares de las arcas estatales de Venezuela en dos décadas de gobierno socialista.

Díaz sucedió a Alejandro Andrade como tesorero de Venezuela en 2011. En lo que es el juicio más grande contra un exfuncionario venezolano hasta la fecha. Andrade acordó en 2018 perder más de mil millones de dólares en ganancias que reconoció haber recibido a cambio de aprobar lucrativas transacciones de divisas. El arreglo, supuestamente promovido por Gorrín y otros, continuó cuando Díaz ocupó su lugar.

Díaz y su esposo han luchado durante mucho tiempo para explicar su abundante riqueza. En 2014, una empresa establecida en la isla caribeña de San Vicente y las Granadinas que supuestamente controlaba compró 250 lingotes de oro valorados en más de 9,5 millones de dólares, según registros judiciales de Liechtenstein obtenidos por The Associated Press.

Las barras, con un peso de un kilogramo (2,2 libras) cada una, se almacenaron en una bóveda privada en el pequeño principado europeo disponible para Díaz y su hijo después de cumplir 18 años. Unos años más tarde, un representante de Díaz vendió una cantidad casi idéntica de lingotes, y gran parte de las ganancias se depositaron en un banco suizo.




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