Con profundo dolor este martes el padre de uno de los tres ajusticiados en Torres Bolívar reconoció dos cuerpos en el Departamento de Patología Forense ubicada en la Ciudad Hospitalaria Dr. Enrique Tejera, el de su hijo y su nuera.
De acuerdo a la versión de los familiares estos jóvenes no estuvieron involucrados en ningún robo a viviendas de ese sector. Presuntamente vivían en una casa con otras dos personas más, que según ellos, eran «mala conducta».
Al parecer en la vivienda habitaban cuatro personas, dos de ellos presuntamente tenían problemas con unos sujetos, por lo que se presume que fueron a asesinarlos pero solo encontraron a uno identificado como Estefany, quien resultó calcinado.
Los otros dos fueron identificados como Jefrid Alejandro Sanabria, de 20 años y María Subero, estos eran pareja desde hace tiempo. Los cuerpos presentaron signos de torturas, en el caso del hombre, ambas manos fueron mutiladas, parte de su costado izquierdo tenía la piel desgarrada y la mujer tenía varias cortadas por arma blanca, al parecer con machete.
En las adyacencias de la morgue de la CHET, los familiares contaron que los cuerpos fueron levantados del interior de la casa por funcionarios del Cicpc el domingo en la tarde aunque de acuerdo a las investigaciones, se presume que el ensañamiento ocurrió en la madrugada de ese día.
De acuerdo a los comentarios de los vecinos, presuntamente Sanabria gritaba que no lo mataran porque estaba a la espera de su primera hija (con otra mujer). La cuarta persona que vivía allí se supone que era un delincuente que logró huir de la casa. Los desconocidos decidieron tomar venganza contra los que estaban en el lugar.
Sanabria y Subero vivían juntos desde hace mucho tiempo en ese sector, ambos se dedicaban a la venta de verduras en Plaza de Toros. El padre de Jefrid aseguró que no lo veía desde octubre por lo distante en que vivían. Una tía de María expresó que el viernes había visto a su sobrina.