Detenidos por el Sebin siete trabajadores del Complejo Refinador Paraguaná
Centro de Refinacion Paraguana / Foto referencial: Archivo

La Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción (Fedecámaras), principal gremio empresarial venezolano, promueve la constitución de refinerías modulares entre el sector privado para solventar la escasez de combustible en el país.

Una nota del medio londinense especializado en energía y mercado de materias primas Argus, señala que la iniciativa surgió, en 2020, desde la Cámara Petrolera de Venezuela (CPV) y se encuentra entre las propuestas que presentó Fedecámaras, esta semana como parte de un acercamiento tentativo con el gobierno de Nicolás Maduro.

El documento titulado «Propuestas para la comisión especial para el diálogo nacional, la paz y la reconciliación» se redactó luego de que altos funcionarios de la cámara empresarial se reunieran el mes pasado con el presidente de la Asamblea Nacional chavista, Jorge Rodríguez, para explorar formas de reactivar la destrozada economía petrolera de Venezuela.

Detalles de la propuesta

En la propuesta de refinación, se instalarían mini-refinerías operadas y financiadas con fondos privados cerca de campos maduros de petróleo liviano y mediano en el oriente y occidente de Venezuela, aprovechando los ductos y las instalaciones de almacenamiento existentes. En el estado Zulia, las unidades podrían desplegarse cerca de los campos alrededor del lago de Maracaibo.

Según un funcionario de la CPV, Zulia constituye una prioridad máxima debido a sus vínculos logísticos más amplios en el oeste de Venezuela, donde la escasez de combustible resulta más aguda. En el oriente de Venezuela, las refinerías modulares podrían ubicarse fuera de Puerto La Cruz o cerca de los distritos río arriba, como Furrial y Punta de Mata.

Las unidades modulares de hasta 25 mil b/d de capacidad apuntalarían «un plan ordenado de suministro de combustible dirigido principalmente a resolver los problemas actuales de producción de gasolina y diesel que demandan empresas y particulares por fallas en los complejos industriales operados bajo el monopolio de Pdvsa», según un borrador del documento visto por Argus.

El funcionario de la CPV contactado dice que se necesitarían al menos seis mini-refinerías a un costo proyectado de alrededor de 200 millones de dólares cada una, sin incluir inspecciones para garantizar que las tuberías y otra infraestructura intermedia estén en condiciones operativas seguras.

A espaldas de la oposición

El documento deja de lado a la oposición respaldada por Estados Unidos y liderada por Juan Guaidó, quien continúa reclamando la presidencia de la asamblea luego de las elecciones de diciembre de 2020 que la mayoría de los países occidentales consideran fraudulentas.

La estatal venezolana Pdvsa solo produce alrededor de 50 mil barriles diarios (b/d) de gasolina y 40 mil b/d de diésel, muy por debajo de la demanda. La empresa tiene 1,3 millones de b/d de capacidad de refinación en Venezuela, pero casi toda está desmantelada tras años de escaso mantenimiento, escasez de repuestos, fuga de mano de obra, avería en los servicios industriales y sanciones estadounidenses.

Antes de que se impusieran las sanciones petroleras en enero de 2019, Pdvsa obtenía la mayoría de sus importaciones de productos de EE.UU.

Alcanzando las bombas

La controvertida iniciativa requeriría la autorización explícita de Maduro y la cooperación del Ministerio de Petróleo y Pdvsa para proporcionar datos detallados sobre la disponibilidad y el estado de la infraestructura upstream y midstream existente que podría transferirse a un control externo.

Fedecámaras y la CPV están solicitando simultáneamente concesiones operativas a largo plazo que incluirían la autoridad legal para refinar, almacenar, distribuir y comercializar el combustible «en condiciones transparentes que incluirían el derecho a contratar libremente personal calificado» para operar los emprendimientos.

El gobierno chavista también tendría que comprometerse con medidas destinadas a erradicar un bullicioso mercado negro del escaso combustible y «eliminar los incentivos al arbitraje o corrupción en la venta de gasolina y diesel», agrega el documento de Fedecámaras.

Aparte de la resistencia dentro de la oposición y de Pdvsa, la iniciativa sería desafiante de implementar en varios niveles. No está claro cómo se reconciliaría con el control constitucional del Estado dentro de la industria petrolera. Las sanciones de Estados Unidos a Pdvsa disuadirían a la mayoría de las empresas de participar. Y los muchos problemas operativos que frustran la refinación de Pdvsa todavía afectarían las iniciativas del sector privado.

Con información de Argus.




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