Desde el martes 22 de septiembre la Alcaldía de Naguanagua asumió la coordinación de la E/S Santa Ana, para garantizar las operaciones de la jurisdicción como el aseo urbano, cuadrillas de mantenimiento y electricidad, según informó la directora de Transporte del municipio, Idalis Guzmán.
Por orden de llegada se les entregará un pase a los conductores, quienes deberán presentar su cédula de identidad y el carnet de circulación vigentes. La cantidad de cupos diarios dependerá de los litros de combustible que despachen las gandolas, detalló la funcionaria.
La comunidad y los trabajadores de la salud seguirán siendo atendidos bajo una nueva modalidad que eliminó la organización de los usuarios por listados y les prohibió pernoctar en los alrededores de la estación.
Guzmán advirtió que las personas que facturan la gasolina deben ser las mismas a quienes se les otorgó el cupo, de lo contrario, se les negará el suministro. “Con los listeros había muchas mafias, vendían cupos y por eso se eliminaron».
La directora de transporte aseguró que el miércoles de esta semana flexible 350 vehículos lograron surtir en la gasolinera, incluidos el personal médico y funcionarios de distintos cuerpos policiales, a quienes se les dará prioridad.
La última vez que Arelys Rodríguez hizo cola en esa estación estaba en la lista 13 de 25. El día que llenó su tanque, después de 11 noches en la fila, solamente 100 vehículos lograron abastecerse. Después de aquella mala experiencia, Rodríguez se dispuso a caminar más para rendir la escasa gasolina. “Cuando salí de la cola decidí no sacar más mi carro”.
Ahora en los alrededores de la bomba la hilera de vehículos ha desaparecido. Ver las calles despejadas es un alivio para José Ramírez, quien se siente más tranquilo porque con la nueva coordinación ya no tiene que dormir en su automóvil. “Veo que ha cambiado, que hay más orden. Todavía no tenemos seguridad de cuándo llegará la gasolina, pero parece que se acabaron las colas y las trampas”.
21 días de tormentosa espera
En otra gasolinera subsidiada el taxista Rojas Ragón desespera tras cumplir tres semanas en una cola de gasolina. Desde el 3 se septiembre ha visto llegar cuatro gandolas a la E/S Nagunagua (avenida Bolívar vieja) y le impacienta que ni siquiera se encuentre entre los primeros 15 vehículos. “Ayer miércoles echaron a 200 carros, pero muchos eran patrullas de policía, ambulancias y funcionarios de la alcaldía”.
Andrés Mejías y Freddy Antequera también cumplieron 21 días de tormentosa espera. Haber encontrado compañeros dispuestos a turnarse la custodia de sus carros, cuando necesitan ir a sus hogares para cocinar o bañarse, es lo único positivo que le encuentran a la situación. “Como vivimos cerca, uno se va caminando a la casa mientras el otro cuida el puesto. Hay compañerismo”.
Laberinto de Colas
En las demás bombas de la Gran Valencia se respira la misma angustia. Durante las últimas semanas la ciudad se ha ido convirtiendo en un laberinto de colas, en el que es difícil comprender dónde comienza una fila y dónde termina otra.
En la avenida Universidad a la altura de El Carabobeño los transeúntes divisan dos hileras contrarias de carros estacionados: la primera corresponde a la E/S Paramacay y la segunda a la estación premium La Granja.
José Martínez se encuentra en la subsidiada porque no tiene cómo pagar un tanque a precio internacional. Asegura que cuando llega la gasolina sólo surten 50 vehículos, mientras que en La Granja equipan 250 carros aproximadamente.
Quienes también notaron la desigualdad en el suministro y pueden costear el litro a $0.5 no se escapan del suplicio: en la avenida Bolívar Norte las colas de las estaciones dolarizadas La Ceiba y Guaparo se confunden y cada vez son más extensas.
Jhonathan Brito cumplía cuatro días en la primera. La gandola había llegada en la mañana y la fila iba avanzando lentamente. Sin soltar las manos del volante, Brito veía cómo algunos carros eran empujados entre dos o tres personas. Más adelante, un grupo con una lata de pintura remarcaba en los parabrisas números verdes.
“El lunes estábamos cerca del Negra Hipólita y el martes en la noche llegamos al elevado de El Trigal”, dijo Eduardo Osorio, empleado de la Alcaldía de Valencia a la espera del suministro en la estación Prebo (Diagonal al C.C Shopping).