Las cifras de mascotas abandonadas o maltratadas no han mejorado. Cada vez se ven más perros y gatos en las calles, en estado evidente de desnutrición y algunos con lesiones en sus cuerpos. Es una realidad ante la que la fundación La Voz Animal de Venezuela trabaja por revertirla desde la educación en las comunidades.
Esta organización nación con la visión de crear alianzas nacionales en función de legislar y concienciar desde la etapa preescolar en diferentes sectores, para que comprendan la extensión de las leyes que protegen a los animales que enfrentan una situación muy complicada.
Desde esta fundación se ha detectado una alarma grave de mortandad animal, abandono masivo de razas variadas, lo que ha creado un problema adicional para las asociaciones que se dedican al rescate de las mascotas al no contar con los recursos necesarios para atenderlas a todas.
“Nos basamos en la autogestión para apoyar a animales abandonados, maltratados, torturados, golpeados, criminalizados y explotados. Trabajamos con recursos propios sin el apoyo del sector público”, aseguró la directora de recursos interinstitucionales de La Voz Animal de Venezuela, Nariman Saab.
La indiferencia es poderosa
La indiferencia es una de las mayores trabas con las que se ha encontrado esta organización. Saab detalló que, en Carabobo, solo desde la alcaldía de San Diego se han emprendido labores para el rescate de animales que están en situación de vulnerabilidad, a través de la dirección de Fauna Silvestre.
Ese desinterés por el tema también se presenta en las comunidades. “Hemos ido a muchas con el objetivo de hacer un censo para poder tener una base y mejorar nuestro campo de acción, pero los vecinos no participan, ni en la zona donde yo vivo en Valencia lo hemos hecho por falta de compromiso de sus habitantes”.
Víctimas de la crisis del país
La diáspora es un factor determinante en el incremento de mascotas abandonadas. Saab resaltó que muchos no se pueden llevar a sus animales, aunque son considerados parte de la familia, porque el boleto aéreo para ellos es muy costoso, así como de engorrosos son los trámites de los documentos que se deben hacer.
Si es cierto que hay personas afines a los animales que los rescatan, sanan y mantienen en buen resguardo, hay otras que los agarran de la calle para someterlos a actividades de maltrato.
“Hay muchos que están atados sin espacio para moverse y eso afecta, no solo su parte psicológica, sino su estructura articular… Utilizan a los animales de cuido, pero los descuidan. Es una ironía porque un vigilante cobra por su labor, pero el animal es maltratado en compensación”.
Dijo que estos casos se ven mucho en locales comerciales y en talleres mecánicos, donde ni siquiera alimentan bien a las mascotas.
Proyectos y plan de acción
En la urbanización El Tulipán del municipio San Diego, y Carialida de Naguanagua, los censos ya están avanzados y se espera iniciar con la “limpieza” de los animales que están en situación de abandono.
Los planes de esta fundación no se detienen en construir una base datos y rescatar a las mascotas que puedan para reubicarlos en familias que los acojan, ellos plantean a las alcaldías que se sumen a esta labor para ejecutar programas multidisciplinarios.
“La idea es unirnos con otras fundaciones de atención al niño y al adolescente para hacer un trabajo integral… Que esos jóvenes en situación de calle sean preparados en peluquería canina o felina, atención médica veterinaria primaria y formación de los animales en asistencia, rescate, servicios de vigilancia y para labores con la policía. Así ellos tendrían un aporte económico y se haría una labor social”.
Pero para eso necesitan apoyo de los entes públicos. “Es necesario contar con un terreno y con los recursos para habilitar esos centros de atención integral. Parece un sueño, pero podemos hacerlo realidad con el concierto de todos”.
El llamado de Saab es a toda la colectividad para que denuncie ante los entes policiales cualquier caso de maltrato animal, y que verifiquen que se redacte y firme un acta en el que se comprometan a enviar a esas mascotas a una fundación o asociación animalista para que haga las gestiones respectivas.
