“No se podría expresar mejor el orgullo y la emoción de un padre que reconoce haber transmitido al hijo lo que importa de verdad en la vida, o sea, un corazón sabio.” Papa Francisco

Existen diferentes tipos de padres, algunos son más permisivos, otros más autoritarios y otros prefieren ser democráticos La crianza democrática se caracteriza por tener altas expectativas y una buena receptividad emocional. Se incorporan límites claros y una disciplina justa y al mismo tiempo, se ofrece calidez y apoyo a los hijos, desde el respeto. Ni el hijo ni los padres deben tener la sartén por el mango. En cambio, en una crianza autoritaria tóxica, los padres quieren tener la sartén por el mango todo el tiempo sin respetar los sentimientos de sus hijos, creen que “orden y mando” es el mejor estilo de actuación.

Características de los padres democráticos: 1.- Establecen límites claros; 2.- Tienen expectativas reales en sus hijos; 3.- Saben negociar teniendo en cuenta los intereses de todos y el bien de sus hijos; 4.- Son cariñosos y afectuosos con sus hijos y 5.- Escuchan y hablan abiertamente con sus hijos.

Fue en 1960 cuando la psicóloga del desarrollo Diana Baumrind estudió la interacción niño-padre en familias con niños en edad preescolar para determinar los estilos de crianza más comunes y efectivos. Su investigación pionera definió tres estilos principales, contrastando al padre democrático con aquellos que son autoritarios o permisivos.

Los padres autoritarios son muy exigentes pero ofrecen poco apoyo mocional; simplemente exigen obediencia, y son duramente críticos cuando sus hijos no cumplen sus expectativas. Los padres permisivos son cálidos y cariñosos, pero no establecen límites suficientes y pueden ser reacios a establecer reglas o cumplir con los castigos. El niño se queda con límites y expectativas poco claras y termina regulando su propio comportamiento. Los padres saben poner límites claros

En cambio, cuando se realiza el enfoque democrático en la crianza, los padres saben cómo poner límites a sus hijos bien claros, pero también participan en mantener una buena relación con sus hijos sabiendo que es un ser independiente, con su propia idiosincrasia.

Los padres democráticos no permiten que los niños tengan mala conducta, deben cumplir unas reglas y tienen unas expectativas reales.

Estos padres, son racionales, amables, cariñosos y afectuosos. Explican con razones las reglas y las consecuencias de no seguirlas, respetando a sus hijos en todo momento. Incluso pueden pedir la opinión de sus hijos en algunos momentos, y saben diferenciar lo que es negociable de lo que no lo es. Este estilo de crianza es el adecuado ya que tiene un efecto positivo en el desarrollo de los hijos y se cuida la relación de los padres e hijos.

Otras de las características significativas de los padres democráticos son entre otras las siguientes: escuchan y hablan abiertamente con sus hijos; dan la oportunidad a los hijos de poder expresarse; son conscientes de que sus hijos tienen sus propios pensamientos; potencian el pensamiento crítico y las buenas acciones; son flexibles y razonables; sus hijos pueden confiar en ellos y las consecuencias que aplican siempre son justas e incluso en ocasiones, consensuadas

Este estilo de crianza tiene grandes beneficios en el desarrollo de los hijos. Son muchos los estudios que demuestran que los hijos se desarrollan de manera saludable si sus padres son democráticos.

Los niños que tienen padres democráticos son más felices, más competentes, tienen mejores relaciones sociales, son más populares allá donde van, tienen mejores calificaciones en la escuela, una mejor autoestima y un buen concepto de sí mismos. Por si fuera poco, también tienen menos probabilidades de desarrollar problemas emocionales o de conducta. Suelen tener un buen control emocional y confianza en sí mismos para aprender nuevas habilidades y adaptarse a diferentes situaciones y contextos. Suelen ser personas asertivas, empáticas y con mayor ingenio.

Para poder disfrutar de todos los beneficios de este estilo de crianza, los padres deberán ser un buen modelo a seguir. De esta manera, los hijos aprenderán las habilidades más efectivas y se sentirán bien con ellos mismos y con el entorno. Además, el equilibrio de límites, la flexibilidad y el amor recibido creará un vínculo seguro entre los padres y los hijos.

Si hasta ahora, cualquier padre; que ha utilizado un estilo de crianza no democrático y se ha basado más en el modelo autoritario o permisivo, ha llegado el momento de cambiar ese estilo, tanto por el bien de él mismo, como por el de sus hijos. Pero, ¿cómo se puede saber que se está criando de forma democrática? Se tiene que ser una persona cálida y afectuosa con los hijos, pero al mismo tiempo se deberá tener firmeza en las reglas, con unas expectativas reales en cuanto al comportamiento y capacidades de los hijos.

Además, también hay que ser consistente y coherente con las reglas y consecuencias que impongas. Los  hijos, siendo al mismo tiempo flexible en los momentos adecuados. Parece fácil, pero es el estilo de crianza más complicado y por supuesto, más efectivo.

Poco a poco, se debe aumentar la autonomía de los hijos para que ganen independencia y sean autónomos en sus acciones, sabiendo cómo deben comportare a cada momento. Pero tendrá que ser de forma gradual y dejarle independiente únicamente cuando demuestre la capacidad suficiente para controlar las situaciones concretas.

Al mismo tiempo, también es muy importante estar involucrado en la vida de los hijos para que sepan que te interesa todo lo que les ocurre. Para poder ser un padre comprensivo, saber cómo son los hijos o qué necesitan, deberás conocerles, saber cómo es su vida tanto en casa como en la escuela, qué hace después de las actividades de la escuela, etc. Se debe hablar con mucha frecuencia con los hijos, tiene esforzarse  en mejorar la  comunicación. Tus hijos sabrán que pueden confiar en su padre siempre, sin miedos.

Los padres democráticos son exigentes. Establecen reglas y límites, y esperan que sus hijos se adhieran a ellos. Sus expectativas son razonables y en línea con el desarrollo de ellos (no esperan que un niño de 2 años se quede sentado completamente quieto durante toda la cena, por ejemplo).

Los padres democráticos, son afectuosos, amables, considerados, dan explicación detallada a sus hijos de las normas que aplican y de cuales exigen cumplimiento, respetando la opinión de sus hijos y tienen conciencia de los asuntos que no son negociables y de los que sí lo son.

Felicidades a todos los padres del mundo, especialmente a los venezolanos; por tratar de mantener, a pesar de las circunstancias; una familia unida y sana, en un entorno cada día más enrarecido y con muy pocas oportunidades de progreso y, con un futuro totalmente incierto. Llegue este saludo a todas las personas que en la actualidad están desempeñando este difícil rol familiar y social

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