El directivo de la Federación Nacional de Caficultores de Venezuela Pablo Ramos rechazó las recientes declaraciones de Nicolás Maduro, quien proyecta una siembra de café, para este año, de 3 millones 831 mil 489 quintales, lo que representa un crecimiento de 17% en comparación con 2021. El gremialista indicó que ello carece de toda lógica y realidad.
“Las declaraciones del Ejecutivo nacional son una gran mentira, proyectan una mejoría económica en el sector cuando la realidad es que los caficultores que quedamos en Venezuela enfrentamos dificultades”, expresó.
Ramos enumeró la falta de financiamiento para aumentar la producción, escaso acceso a la gasolina o el gasoil en las zonas donde se cultiva el rubro, la dificultad para adquirir abonos por los altos costos en el mercado y la difícil movilización hasta los centros de comercialización, sin hablar de la competencia desleal que significa el contrabando o los términos actuales para la importación de café.
Aunque Ramos no precisó cifras de la cosecha de café de este año, asegura que los números producidos están muy por debajo de lo que informó Maduro. Indicó que en el asentamiento campesino La Raya, ubicado entre los estados Lara y Portuguesa, los caficultores a duras penas pudieron cultivar dos hectáreas cada uno.
Ligera mejoría basada en las remesas
Indicó que se percibe una ligera mejoría en la producción de café, “porque algunos jóvenes de las zonas productivas que emigraron están enviando recursos a sus familias para que sigan cultivando”.
Pero la realidad del sector no es ni la sombra del pasado. “Hoy quedan los escombros del sector cafetalero que en el siglo XIX y hasta mediados del siglo XX desplazó al cacao en Venezuela y fue el motor que dinamizó la economía nacional, liderando el ranking de la producción y exportación a nivel internacional», destacó.
Recalcó que el Gobierno nacional no garantiza combustible para cosechar el café ni para comercializarlo. Y denunció que, en zonas cafetaleras como Ospino y Biscucuy en Portuguesa, en Guarico, y en El Tocuyo y Sanare, en Lara, los caficultores pagan un dólar y hasta dos kilos de café por un litro de gasolina.
Para mantener la mano de obra, indicó que pagan un salario diario equivalente a dos kilos de café más los alimentos a cada trabajador del campo.
Con información de La Prensa de Lara.
