La artista alemana, Anne Imhof, fue premiada con el León de Oro de la Bienal de Arte de Venecia por su impactante instalación «Faust» sobre el capitalismo, la sexualidad y la represión.

La más antigua confrontación plástica del mundo,fundada en 1893,tiene como curadora a la francesa Christine Macel,directora del departamento del Museo George Pompidou, de París,quien invitó a 120 artistas de los cuales 103 participan por primera vez, para mostrar y narrar con el lema Viva Arte Viva,la vitalidad del mundo en que vivimos.»El acto artístico es contemporáneamente un acto de resistencia, de liberación y de generosidad, el acto artístico es contemporáneamente un acto de resistencia, de liberación y de generosidad», resumió la experta.

“Conscientes de que, actualmente, estamos viviendo en la era de la ansiedad, la bienal ha escogido a Christine Macel como comisaria comprometida para hacer hincapié en el importante papel que desempeñan los artistas en la invención de sus propios universos y la generosa inyección de vitalidad al mundo en que vivimos», informó Paolo Baratta, presidente de la Bienal.

Entre los artistas más conocidos invitados por la curadora figuran Sheila Hicks, Kiki Smith y el danés Olafur Eliasson, conocido por sus inmensas esculturas e instalaciones, quien transporta todo su taller a la ciudad de Marco Polo. Se aprecia la participación de un un mayor número de mujeres artistas, y las propuestas de países que, por primera vez, participan: Antigua y Barbuda, Kiribati, Nigeria y Kazajstán.

Como cada dos años, la sugestiva ciudad de Marco Polo está invadida por una serie de eventos colaterales, todos organizados por instituciones reconocidas y oficiales, que se inspiran a su modo también en el lema de la bienal, un homenaje a las emociones y a las reflexiones que el artista suscita tanto al visitante como al creador.

FRANCIA PONE LA FIESTA
Con el título «Estudio Venezia», Francia presenta a numerosos músicos a formar parte de la sugestiva escultura, que será adaptada en junio de 2018 para el centro Kirchner de Buenos Aires y para el Museo de Arte, Arquitectura y Tecnología de Lisboa, en Portugal.

Los comisarios Lionel Bovier y Christian Marclay (este último ganó en 2011 el León de Oro al mejor artista por su fantástico The Clock), convirtieron el pabellón francés en un estudio de grabación en el que tendrán cabida todo tipo de música.

Los compositores podrán tocar y grabar dentro del amplio espacio de madera que transmite con impecable calidad sus creaciones artísticas, mientras el público es testigo de excepción de este acto creativo íntimo.

«Si, es verdad, es como entrar en el vientre de la música, como estar en el interior de un instrumento. Un estudio de grabación es uno de los últimos instrumentos que se han inventado, es otro instrumento más de la música, que permite modificarla y amplificarla, lo que no se podía hacer en el pasado» dijo Veilhan en una charla con la AFP..

Un piano, una batería con platillos muy particulares, un teclado son algunos de los instrumentos alojados dentro de la escultura construida con listones grandes y claros como los que se usan en los auditorios.

Por la escultura, que ocupa todo el pabellón realizado en 1912 por el ingeniero veneciano Faust Finzi, desfilarán durante los seis meses de duración de la bienal un centenar de músicos, cuyo trabajo podrá ser admirado a través de una aplicación por internet y del que podrán disponer libremente.

El pabellón francés, en la zona de Jardines, a pocos pasos del de Reino Unido y del alemán, no es el único que presenta una exposición poco clásica.

AUSTRIA IMPACTA
Austria impacta con la obra de Erwin Wurm: un camión de ocho ruedas de pie, otra escultura que rinde homenaje a la técnica, al automóvil y a la modernidad.
Rusia sorprende con su metáfora del nuevo orden mundial, con una suerte de esculturas futuristas sombrías para narrar con muñecos y maniquíes mecanizados de yeso «el cambio de escena» por el que atraviesa el mundo con el temido poder de la máquina.
La artista Grisha Bruskin representa con esas figuras híbridas blancas la realidad humana en los tiempos modernos.

Fascinante resulta el pabellón de Estados Unidos que ,este año, apuesta por el artista afroamericano Mark Bradford.

Sus gigantescos collages, realizados con desechos y material descartable, inundan el pabellón y son, como reconoce el extrovertido artista a la AFP, «un mensaje político» a su presidente para que no olvide a las capas de la sociedad más excluidas.

«No he querido venir a Venecia y limitarme a exponer mis obras», confiesa el cotizado artista quien, desde hace más de un año, colabora en un proyecto social con presos en Venecia, contribuyendo a la apertura de una tienda para vender objetos y artesanías que realizan, -camisetas, alimentos-, como parte del programa de reinserción social.

Lo social, las crisis humanitarias, los refugiados son la preocupación también del artista Eliasson, quien instaló en el pabellón central del sector Jardines un taller de trabajo donde un grupo de unos 20 «solicitantes de asilo» y voluntarios del proyecto Green Light fabrican lámparas de luz verde diseñadas por él, las cuales son vendidas para aportar fondos a la organización humanitaria médica italiana Emergency.

EN DEFENSA DE LOS MAPUCHES
A pedido de la directora artística, la francesa Christine Macel, el recorrido por los sugestivos espacios del Arsenal,otro de los grandes espacios de la Bienal, comienza con la obra «El círculo de fuego» del artista chileno Juan Downey, fallecido en 1993, quien incursionó en el campo de la etnografía.

El pionero del videoarte en Chile permite al espectador descubrir el mundo de los Yanomami, a los que dona una telecámara para entrar en su cosmogonía y cuestionar la mirada eurocéntrica del mundo.

Y las máscaras, más de mil, realizadas en madera y utilizadas por los mapuches para sus ceremonias así como para los momentos de diversión y juego forman parte del homenaje que el pabellón de Chile rinde a ese pueblo que resistió a la colonización española y que sigue luchando por sus tierras y por sus nombres.

«Aquí está todo el linaje mapuche. Me siento portador de un mensaje, de un sentimiento, de una posición incluso política», reconoce en una charla con la AFP el artista Bernardo Oyarzún.

Con el título de «Werken», intermediario chamán, la instalación de Oyarzún en la sobrecogedora sala oscura del Arsenal, transmite la espiritualidad y a la vez la rabia de ese pueblo que está perdiendo hasta su lengua.Por ello 7.000 apellidos mapuches son proyectados en las paredes del pabellón con luces de led rojas.

«Son nombres abandonados, no usados, o por presión del Estado o por autocensura», explica el curador, el paraguayo Ticio Escobar, ex ministro de cultura en su país y experto en la cuestión de los pueblos originarios

Lo colectivo es también el tema central del célebre artista brasileño Ernesto Neto, quien invita al visitante de la Bienal con «Un lugar sagrado» a recuperar la espiritualidad a través de un espacio de meditación, una zona de encuentro, que envuelve, gracias a una enorme malla, tejida en croché y que se inspira en el lugar en donde el pueblo Huni Kuin se reúne para hablar y pensar.

Meditar y pensar es también la propuesta del chileno Enrique Ramírez con su vídeo «Un hombre que camina» en el que un hombre con una máscara de diablo marcha y marcha por un salar para llegar a aceptar la muerte.

LOS CHAMANES REPRESENTAN A LATINOAMÉRICA

Como «chamanes», los artistas de América Latina representan la vitalidad del arte contemporáneo en todo el continente, que exploran en sus raíces, leyendas e injusticias.
Artistas, veteranos y debutantes, provenientes de Argentina, Chile, Brasil, México pasando por Colombia, Guatemala, Cuba, Bolivia y Venezuela participan en el gran certamen internacional con esculturas, videos o instalaciones.

El lenguaje es también el tema central del reconocido artista mexicano Carlos Amorales, quien usa todas las formas del arte, desde vídeos hasta la música, partiendo de figuras con papel recortado para contar la historia del linchamiento de una familia de migrantes.
«Me inventé un lenguaje a partir de formas muy simples que son recortes de papel con los que logré un lenguaje cifrado y abordar temas que de otra forma serían silenciados», cuenta a la AFP Amorales en la luminosa sala del Arsenal del pabellón de México que tituló «La vida en los pliegues».

Para denunciar ese fenómeno mundial que representa la intolerancia y el rechazo al inmigrante, Amorales crea partituras, poemas visuales, alfabetos cifrados, letras desconocidas, juega con marionetas y sombras, escribe un diario y usa el sonido de las ocarinas tocadas por 5 músicos del Ensamble Liminar.

Representan «la metáfora de lo que vivimos, ese conflicto entre la consecuencia de la globalización y el nuevo nacionalismo», dice.

Y es justamente el nacionalismo lo que cuestiona la artista argentina Claudia Fontes con su gigantesca escultura de un caballo blanco, de cinco metros de alto, realizada en resina y polvo blanco para el pabellón de su país en el Arsenal.

«El problema del caballo» es una alusión a los explotados durante la conquista de América y habla de la conquista argentina del desierto de la Patagonia.

«Lo que para la historia fue una conquista en verdad fue un genocidio», asegura a la AFP la artista argentina, quien suele aludir en sus creaciones a la violencia y a los años de la dictadura como en la obra instalada en el Parque de la Memoria en Buenos Aires.
La 57 Bienal de Venecia permanecerá hasta el próximo mes de noviembre.
Fuente: la Agence France-Presse.

CON SOBRIEDAD
Preocupados por el futuro de nuestro país, por los abusos que comete un gobierno dictatorial, cuyo enemigo número uno es la libertad de expresión, los periodistas carabobeños, conmemoramos nuestro día nacional el martes 27 de junio. El programa comenzó con una hermosa misa, presidida por monseñor José Jiménez, en el oratorio de Hogares Crea, de donde partió una caravana hasta la plaza Enrique Bernardo Núñez al final de la avenida Cedeño, para una ofrenda floral al eminente periodista y novelista valenciano.

En horas de la tarde hubo un acto protocolar para la entrega de los reconocimientos que concede el Colegio Nacional de Periodistas, cuya secretaria es María Torres. El discurso de orden estuvo a cargo de Randolfo Blanco quien dio una lección sobre su vocación profesional y sobre el compromiso con el país, que tenemos todos los comunicadores sociales. En reconocimiento Randolfo fue ovacionado.

Las distinciones fueron otorgadas a nuestra querida compañera, en El Carabobeño, Darsy Alvarado en reconocimiento a sus méritos y trayectoria profesional, a Fabio Solano y Daisy Linares. El premio de Periodismo Radial fue adjudicado a Georgette Isaac; el Premio de Periodismo Digital a Tibisay Romero; el de Corresponsal Nacional a Ricardo Graffe; el Institucional a Juan José Totesaut; el de Docencia a Marisela Paz; el de televisión, Héctor Henríquez y el Premio Deportivo a Miguel Sánchez. Congratulaciones a todos por su contribución al buen Periodismo que se realiza en Carabobo.




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