Elizabeth Burgos afirma que el castrismo ha tenido la clarividencia, la habilidad, de ser una especie de Celestina de los imperios. (Foto cortesía /Andreína Mujica)

La famosa dirigente y estudiosa de la política internacional, Elizabeth Burgos, nacida en Naguanagua y residenciada en París, desde hace muchos años afirma que la situación de Venezuela es muy distinta a la de Cuba, porque en nuestro país actúa la Guardia Nacional, pero el ejército muy difícilmente y eso lo van a evitar a toda costa. Esa deshumanización que hay en Venezuela, digamos, que matan niños, es totalmente racional. Es una forma de decirle a la gente, miren los que les va a pasar, es una forma de amedrentamiento.

“La característica de la dictadura cubana y del castrismo es que todo es legal. El régimen cubano tiene su legitimidad en las leyes. Incluso, la perpetuidad del socialismo está escrita en la Constitución cubana, afirma la estudiosa del fenómeno político de la isla caribeña en una conversación telefónica sostenida con Hugo Prieto, publicada en el portal Prodavinci, de la cual hemos realizado una versión, por su altísimo interés y actualidad.

La intelectual vivió en Cuba donde escribió el libro Memorias de un Soldado Cubano en la que relata la travesía del guerrillero cubano Dariel Alarcón, alias Benigno, sobreviviente de los acompañantes del Che Guevara, en Bolivia. El protagonista se exilió en en Francia luego de que la cúpula cubana, con la aprobación de Fidel Castro, le pidió que fuera a varias ciudades en la isla para insuflar el heroísmo y los sacrificios de un pueblo sometido a 58 años de dictadura comunista.

Para destacar la diferencia entre los dos países, Burgos recuerda, en respuesta a la pregunta: si la constituyente venezolana será un camino para centralizar y concentrar el poder, “que a pesar de que Cuba es una isla que no produce nada, ha logrado desarrollar una política de gran potencia, entre otras cosas, porque el castrismo ha tenido la clarividencia, la habilidad, de ser una especie de Celestina de los imperios. Sabe muy bien manejar el estatus que se ha dado como un intermediario de los imperios. Esa experiencia le viene de la época de la Colonia, en que Cuba fue un cuartel de España, un centro de abastecimiento de la flota española cuando venía de Europa y cuando regresaba de ella cargada de oro y de plata. Ya en esa época, Cuba tenía la posibilidad de no producir nada y vivir de lo que se llamaba las partidas, que llegaban del virreinato de Nueva España, es decir, México. Luego vino la relación especial con los Estados Unidos, país que intervino en la independencia de Cuba a llamado de los propios cubanos, porque advirtieron que no lograban vencer a España”.

CUBA PIDIÓ A ESTADOS UNIDOS SU INDEPENDENCIA
Los mambises, los patriotas cubanos, llamaron a los estadounidenses para que vinieran a terminar la guerra y lo hicieron. La independencia cubana fue una negociación que se hizo en París entre Estados Unidos y España, sin la presencia de los patriotas cubanos. Esa idea de la Cuba intervenida por los Estados Unidos se la vendió Fidel a toda América Latina, como si eso fuese parte de la historia latinoamericana, como si eso fuese un problema para los países de América del Sur, donde Estados Unidos nunca ha puesto la bota militar. Entonces, hay ese discurso antiimperialista, que es una cosa totalmente fabricada”.

“La relación entre Estados Unidos y América Latina -argumenta- es una cosa y la independencia de los países latinoamericanos es otra. En cambio en Cuba están ligadas las dos cosas. Ese es el trauma cubano. El trauma que ha hecho que los cubanos hayan aceptado el castigo hasta nuestros días. En cuanto a las opciones que planteas para Venezuela, yo nunca he visto que el castrismo haya negociado nunca nada. Lo que sí he visto es que se plantea varias opciones para resolver un conflicto, fuera de esas opciones no negocia nada”.

¿Las Fuerzas Armadas son deliberantes o, eso, es un cuento, sospecha el interlocutor?

-Yo creo que hay que considerar eso: El mecanismo del control del poder. No nos podemos quedar con la idea de que Cuba es simplemente una dictadura. Es una dictadura que se legitima, para ellos, en un proyecto político histórico: la implantación de un régimen, tipo cubano, en toda América Latina. Y lo han ido logrando, porque además de Venezuela tienen a Nicaragua, a Bolivia, a Ecuador y ahora están tratando de tomar a Colombia. Las FARC, convertida en partido político y con todo el dinero de la droga, en unas elecciones, pueden comprar todo los votos que quieran.

En el fenómeno de Venezuela se ha juntado la cultura política cubana con la cultura petrolera venezolana. Me refiero, en el caso de la cultura política cubana, al castrismo, ya tardío y decadente, que no tiene nada que ver con los primeros años, cuando el Che Guevara le dio ese sello, ese matiz, puritano y moral y se junta con el modelo petrolero venezolano rentista que lo compra todo con mucha facilidad. Con ese maná que les cayó encima hicieron una geopolítica del petróleo, compraron adhesiones políticas y ahí tenemos al proyecto político histórico avanzando. Tú no ves a los cubanos como nuevos ricos por el mundo, en los mejores restaurantes, ellos están allí, en lo suyo.

Una de las características del castrismo es la exclusión, la exclusión de todos los que están en desacuerdo. Hicieron todo para que los cerebros cubanos se fueran al exilio. A otros los doblegaron, los convirtieron en dóciles, después de una lucha tremenda. Lo que dicen en Venezuela, que los cubanos no lucharon es totalmente falso. En Cuba hubo hasta una guerrilla anticastrista (la guerrilla del Escambray, apenas conocida), los campesinos se alzaron cuando vieron que la reforma agraria no los convertía en propietarios de sus tierras, sino que eran miembros de un sistema totalmente centralizado y estatizado. Fueron guerrillas tremendas. Se calcula que había 2.600 hombres en armas. Al último lo fusilaron en 1966, porque a todo el que tomaban vivo lo fusilaban. Hubo levantamientos en la ciudad, luchas estudiantiles. Toda esa oposición fue liquidada. Hubo fusilamientos masivos en las Fuerzas Armadas de Cuba.

PINOCHET EN CHILE 
Para la intelectual, exesposa del legendario teórico revolucionario, Régis Debray, Pinochet impidió que se instaurara en Chile lo que está pasando hoy en Venezuela. Yo te hablo en términos históricos, no estoy hablando ni en términos morales, ni si Pinochet fue esto o aquello, no. Si tú lees los discursos que dio Fidel Castro en Caracas, el 23 de enero de 1959 te darás cuenta de que allí estaba el proyecto político histórico ya. Y, a partir de ese año, las dictaduras militares de América Latina no fueron de la misma categoría, fueron causadas por la lucha armada y por la guerrilla y no por la toma del poder como siempre lo habían hecho. Los militares latinoamericanos piensan que ellos son los únicos que tienen la vocación de gobernar. Esa es una patología latinoamericana, es cierto. Pero, a partir de la guerrilla, se desarrolló como respuesta el terrorismo de Estado. Fue una respuesta a la lucha armada. Hay que verlo así. Y no estoy justificando el terrorismo de Estado ni los horrores que hicieron. Lo que estoy diciendo es que, a partir de 1959, con esos tres discursos, se vio de forma muy concreta cuál iba a ser la política de Fidel Castro hacia América Latina. Lo que se ha vivido es un forcejeo entre democracia y totalitarismo en toda la región. Eso por la voluntad del castrismo de imponerse, de imponer un tipo de régimen según el modelo ideado por Fidel Castro. Es una mezcla, además, de fascismo y comunismo, con cristianismo, es un engendro, una especie de pensamiento mestizo. Ese forcejeo, que Betancourt lo vio muy claro, lo estamos viviendo, hace 58 años ,estamos en eso.
A uno no le queda más remedio que reconocer que lo que nos está pasando nos lo causamos nosotros mismos. ¿Nos lo merecemos, incluso?

Aquí llegó un venezolano y advertí el nivel de ingenuidad, de desconocimiento del aparato que les ha caído encima, que es el castrismo. 58 años en el poder, en un país mantenido por el mundo entero (México, Rusia, China, Francia, Japón, España, Venezuela, entre otros países —además del Club de París—, le han condonado la deuda a Cuba), han logrado legitimidad debido a su discurso antiestadounidense, aunque Fidel Castro no puso ni un cohete en Estados Unidos, ni loco. En su intervención en América Latina, los muertos los ha puesto la región. Y eso les ha dado una legitimidad fundamental.

Elizabeth Burgos estima que, después de lo sucedido el pasado domingo, tiene la impresión de que vamos a un sistema electoral al estilo cubano. «Por lo que veo, desde lejos, si hubiese actualmente en la oposición un Fidel Castro, un Lenin, te diría que no. Pero yo no lo veo. Alguien que marque la ruta con un proyecto, una visión y que diga hoy hacemos una insurrección, porque si esperamos hasta el domingo se acaba la democracia”.

En su libro, Memorias de un Soldado Cubano, hay una secuencia de hechos que demuestran que el castrismo no se anda con miramientos ni contemplaciones morales o éticas a la hora de imponer el control absoluto sobre la sociedad. Esos rasgos ya los estamos viendo aquí.

¿Vamos a ver todo ese inventario como alguna vez lo escribió, aunque estamos viviendo en otra época y en una realidad más compleja?, pregunta el periodista,

-A los venezolanos les decía: Ahí están metidos los cubanos y eso siempre termina en tragedia. No, aquí nunca puede pasar lo de Cuba. Ya van más de dos millones de exiliados venezolanos y los que van a venir ahora, después del domingo, cuando se vea que no hay otra perspectiva que la continuidad del régimen y que cada día va a ser más, porque la radicalización se va a profundizar. Y lo que va a pasar en Colombia con las FARC como partido político. Con el castrismo siempre hay que ver el contexto global. A Venezuela no la pueden perder, siempre están hablando del petróleo. No. Es lo que significa geopolíticamente Venezuela. Rusia está en una dinámica imperial.

¿A usted la sorprendieron las prácticas despiadadas, la rudeza, el uso excesivo de la fuerza, con que las fuerzas del orden, por llamarlas de algún modo, han reprimido las protestas en Venezuela?

No, porque además lo están haciendo de una forma muy racional. Yo he hecho entrenamiento militar y te aseguro que dispararle a la cabeza a alguien no es fácil. Y ahí los tiros los dan en la cabeza o en el pecho. Es gente muy bien entrenada. No es la represión masiva ni el uso de la fuerza bruta. Es una represión a cuenta gotas, muy racional. Nunca Fidel Castro ha querido parecerse a las dictaduras latinoamericanas. El ejército nunca ha participado en la represión en Cuba. En Cuba actúa la respuesta rápida equivalente a lo que en Venezuela se conoce como los colectivos (fuerzas paramilitares amparadas por el gobierno), que es el pueblo defendiendo su revolución. A ellos los dirigen desde el Ministerio del Interior.

 




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