La guerra en contra de los periodistas, para que no ejerzan la libertad de expresión informando sobre la perversidad de esta dictadura, sobrepasó la censura por una bestial agresión que no se detiene, ni siquiera, ante el respeto a la vida.Para el gobierno los comunicadores sociales democráticos somos objetivos de guerra.

En El Carabobeño estamos consternados con lo sucedido, el martes en la tarde, a nuestra querida Jefa de Redacción Carolina González, cuando entraba a su residencia en Balcones del Norte, en la urbanización La Granja, donde había disturbios. Había salido a la calle para buscar a una colega que estaba asediada, por grupos militares y colectivos armados. Al llegar la esperaba un guardia nacional en posición de dispararle. Ante la situación de peligro ella cerró la puerta de vidrio sobre la cual se estrelló la bomba lacrimógena que le disparó el efectivo. Astillas del vidrio impactaron sobre el rostro de la periodista ocasionándole heridas en la cara y en el cuello.

El guardia nacional aprovechó la ocasión para, con otros dos de sus colega, ingresar al edificio donde hirieron, con perdigones, a vecinos que salieron a prestar ayuda. Carolina tuvo que esperar dos horas para llevarla a una clínica, porque le impedían la salida a pesar del intenso sangramiento. En la clínica La Viña le encontraron diversas heridas ocasionadas por esquirlas de vidrio. Una de ellas fue en la mejilla que ameritó ocho puntos de sutura y otra en el cuello, de nueve puntos. Pero lo más peligroso fue la incrustación, en un ojo, de un vidrio que llegó hasta el iris. La lesión requirió una operación, por destacados oftalmólogos, para que no perdiera el órgano.

Este episodio puede calificarse de homicidio frustrado, porque es evidente que, el guardia nacional, actuó con dolo no con la intención de romper la puerta sino de matar a la periodista, a la que había identificado porque llevaba puesto un chaleco con el letrero “El Carabobeño”.

La cínica respuesta, de uno de los organismos de la Guardia Nacional en Carabobo, fue que la información era falsa porque lo sucedido fue que, Carolina González, se hirió en la cara al tropezar con una puerta de vidrio en el edificio donde reside. El componente armado parece que olvidó su primer lema:”El honor es su divisa”.

Acompañada de la secretaria general del Colegio Nacional de Periodistas, María Torres, denunció la agresión pidiendo justicia ante la Fiscalía, pero ya sabemos la lentitud con que actúa este organismo para hacer justicia .

A todos los periodistas de El Carabobeño nos ha dolido ésta agresión porque, Carolina González, es una persona y una profesional del Periodismo intachable que lucha -sin miedo- en defensa de la verdad y del derecho a la libertad de expresión. Este vil ataque a nuestra líder no nos va amedrentar. Al contrario ha robustecido a nuestro equipo integrado, en su mayoría, por jóvenes, que estuvo trabajando las 24 horas que duró el paro cívico nacional del jueves y viernes, para llevar al mundo la verdad informativa sobre la repudiable situación política que vive Venezuela.

Basándonos en fuentes del Ministerio Público, Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP), Espacio Público y Foro Penal Venezolano, las cifras de periodistas agredidos en los últimos meses dan vértigo.Entre e el 31 de marzo y el 24 de junio de este año, 376 trabajadores de prensa han sido agredidos en 238 casos documentados, 170 responsabilidad de las fuerzas de seguridad. La GNB (Guardia Nacional Bolivariana) es responsable del 60.5% de los casos de agresiones que tienen como victimarios a los organismos de seguridad del Estado. El SNTP contabiliza igualmente 33 detenciones ilegales de trabajadores de medios de comunicación. Y se registran también numerosos casos de periodistas agredidos por los manifestantes.

Por otra parte, la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel), cuyo director fue reemplazado el 21 de junio pasado, sigue cerrando medios de comunicación. Tan sólo en el año 2017, la Conatel ha hecho callar a más de 41 radios y canales de televisión en los estados gobernados por el partido de Nicolás Maduro, según datos del IPYS.

Este cierre de medios de comunicación, favorecido por el «estado de excepción y emergencia económica», prolongado por el gobierno en mayo de 2017, se efectúa en medio de una gran opacidad y sin justificación.

Reporteros Sin Fronteras expresa su gran preocupación por la situación de la libertad de expresión e información en Venezuela, que se ha deteriorado constantemente con la intensificación de la crisis económica y social que golpea al país, registrada desde el inicio del año. Un día después de la gran manifestación del 1 de septiembre contra el régimen del presidente Nicolás Maduro, organizada en Caracas por partidos de la oposición -y después haber impedido el acceso a territorio venezolano a varios corresponsales extranjeros que querían cubrirla-, RSF da la voz de alarma y hace un recuento de los acontecimientos importantes más recientes.

LA COMUNIDAD ARTÍSTICA DE CARABOBO está de duelo por el fallecimiento de Alicia Benamú, maestra de destacados artistas y autora de una obra sobresaliente. Egresada de la Escuela de Artes Plásticas Braulio Salazar, Alicia fue pionera de la enseñanza de la cerámica artística, en el Taller Dos Puntos que fundó, en 1972, con su gran amiga Mérida Ochoa, premio nacional de las Artes del Fuego. Fue el primer taller en el que se impartía enseñanza y se presentaban exposiciones de jóvenes que ,hoy, son figuras del arte venezolano.

Alicia se residenció en Italia,donde siguió estudios de Cerámica Contemporánea y Pintura con las cuales creaba obras impecables. De regreso fue directora del Departamento de Artes de la Dirección de Cultura del estado Carabobo hasta su jubilación. Pero, a pesar del cáncer que sufría, continuó creando en su taller y orientando a jóvenes artistas, entre ellos Armando Morales, ganador del Premio Nacional de las Artes del Fuego.

El fallecimiento tuvo lugar en su residencia el miércoles. Fue velada en la funeraria Crepúsculo del Norte, en Mañongo, y cremada el viernes en el cementerio Campos de Paz, en San Joaquín. Los problemas del paro cívico nacional y la lluvia imposibilitaron que sus amigos, que la quisimos hondamente, no fuéramos a despedir a esta dama de tanta valía.




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