Del lado venezolano un camión cisterna y varios encapuchados rondando la zona del río Táchira del lado colombiano. (Foto EFE)

El puente Simón Bolívar, principal paso fronterizo entre Colombia y Venezuela, vive este domingo un ambiente de tensión e incertidumbre luego de que se presentara un enfrentamiento entre venezolanos que trataban de llevar ayuda humanitaria y las autoridades de ese país.

Por orden del presidente colombiano, Iván Duque, el puente que conecta a la ciudad de Cúcuta con la venezolana de San Antonio del Táchira, estará cerrado por dos días mientras se evalúan los daños ocasionados durante el fallido envío.

La zona más próxima al puente fue acordonada y se encuentra custodiada por militares, policías y algunos miembros del Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad).

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Asimismo, el puente amaneció bloqueado del lado venezolano por un camión cisterna y con varios encapuchados rondando la zona del río Táchira del lado colombiano.

La oposición venezolana, que no reconoce el nuevo mandato de 6 años que juró Nicolás Maduro el pasado 10 de enero, asegura que el país atraviesa una «emergencia humanitaria compleja» y ha pedido ayuda a la comunidad internacional para atenderla.

Se esperaba que las donaciones entraran el sábado al país en medio de una gran movilización ciudadana y tras la presión del líder opositor y proclamado presidente interino, Juan Guaidó, pero el intento de este ingreso fue frustrado por la fuerza pública y los poblados de las fronteras de Venezuela terminaron en enfrentamientos.

En contraste con la jornada del sábado, solo un puñado de venezolanos se acercaron al cruce fronterizo para seguir brindado apoyo a la causa del ingreso de ayudas humanitarias a su país.

Entre ellos estaba apoyada sobre una de las vallas que acordonan el lugar Maryelyn Jaspe, una estudiante que llegó a Cúcuta para sumarse a la manifestación de ayer.

«Vengo hoy acá porque hemos aguantado mucho, ya estamos cansados, hemos aguantado de una manera pacífica, pero ya queremos salir de esta situación», dijo a Efe.

Como muchos de los presentes en el lugar, Jaspe padece la incertidumbre de no saber cómo o cuándo regresará a su país, por lo que aseguró que no se plantea la posibilidad de cruzar por los pasos ilegales debido al riesgo que eso implica.

«No pienso pasar por el río, mi vida vale mucho y tengo a mi hija que me espera en Venezuela», sentenció.

La jornada de disturbios de este sábado, según detalló anoche el canciller colombiano, Carlos Holmes Trujillo, dejó 285 heridos, de los cuales 255 son venezolanos y los 30 restantes colombianos.

La mayoría de estas personas resultaron afectadas por gases lacrimógenos y por el «uso de armas no convencionales».




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