El juicio a los 4 acusados por el incendio en una discoteca en el sur de Brasil que causó 242 muertos y 636 heridos, la mayoría estudiantes universitarios, comenzó este miércoles en Porto Alegre, casi 9 años después de la mayor tragedia de ese tipo en el país en los últimos 60 años.
Las llamas y la humareda provocaron pánico entre las personas que estaban en la discoteca y una estampida hacia las puertas de salida, en donde algunas murieron pisoteadas y otras fueron impedidas por el personal de seguridad que, en un principio, pensó que querían salir sin pagar.
La dificultad en la evacuación causó la muerte por asfixia de la mayoría de las víctimas. Los cuerpos los hallaron amontonados cerca de la única puerta del establecimiento y en los baños.
Inicia en juicio en Brasil
Los acusados son Elissandro Callegaro Spohr «Kiko», de 38 años, y Mauro Lodeiro Hoffmann, de 56, que son socios de la casa nocturna Boate Kiss; Marcelo de Jesús dos Santos, de 41 y vocalista de Gurizada Fandangueira, y Luciano Augusto Bonilha Leao, de 44 y productor de la banda musical.
Los 4 responderán ante los 7 miembros del jurado popular por los delitos de 242 homicidios y 636 tentativas de homicidio. La Justicia retiró de las acusaciones los agravantes de «motivo torpe» y «uso de fuego», que podrían aumentar sus penas.
El Ministerio Público (fiscalía), después de las investigaciones de las Policías Civil y Militar de Río Grande do Sul -estado fronterizo con Argentina y Uruguay-, denunció también a otras 20 personas, entre ellos socios y personal de seguridad de la discoteca y 4 bomberos que certificaron las «buenas condiciones» del lugar.
Incendio en discoteca
El juicio, que escuchará a 10 supervivientes, 5 testigos de acusación y 19 de defensa, comenzó con la selección de los 7 miembros del jurado y podrá extenderse aproximadamente 2 semanas.
En 2016, un juzgado de Santa María determinó que los acusados fuesen a juicio popular en Porto Alegre, la capital regional, pero la defensa presentó recursos en 2017 y esa determinación se arrastró en los últimos años, todavía más con el cese de algunas actividades de la Justicia por causa de la pandemia del coronavirus.
Después de la tragedia, el Gobierno federal promulgó la llamada «Ley Kiss» que endurece las exigencias de seguridad para otorgar las licencias de funcionamiento de establecimientos públicos en todo el país.
El incendio de la Boate Kiss es el segundo con mayor número de víctimas en Brasil, después del que ocurrió el 17 de diciembre de 1961 en el Circo Americano de Niteroi, en la región metropolitana de Río de Janeiro y que causó 503 muertos, en su mayoría niños que asistían a uno de los espectáculos.