Cuando comenzó a circular la especie de estaba en trámite la liberación de Alex Saab mediante indulto todo se revolucionó, unos lo afirmaban otros lo negaban, la incertidumbre se fue apaciguando hasta que la información de su realidad estalló como una bomba, el sujeto ya viajaba rumbo a Caracas, el presidente de Estados Unidos había utilizado su facultad constitucional para liberarlo aún cuando todavía el proceso penal no le había concluido. En la Corte de Apelaciones los magistrados se encontraban analizando todos los elementos que habían conducido al juez Robert Scola de la Corte Federal del Distrito Sur de Florida a condenarlo.

Revisando el historial del poder presidencial norteamericano para dar impunidad mediante indulto nos damos cuenta que aún cuando todos los presidentes lo han usado, este es el primer caso donde se ha aplicado con grave perjuicio al respeto y hasta al miedo que bandoleros y tiranos han tenido ante el poderío norteamericano.

La Constitución de EEUU fue emitida en 1787 y en ella se asignó al Presidente la facultad de emitir indultos, esto en el artículo II. Sección 2: “…Tendrá el poder de conceder indultos y perdones en los casos de ofensas contra los Estados Unidos excepto en los casos de personas condenadas en un juicio político.” Facultad esta que ha venido siendo utilizada en unas cuantas oportunidades, algunas escandalosas como la que se le otorgó a Richard Nixon en el año 1974.

El caso Nixon que derivó del escándalo Watergate conllevó a su renuncia a la presidencia habiéndolo sucedido en el cargo el Vicepresidente Gerald Ford quien entonces (8 de septiembre de 1974) le prodigó la medida para eximirlo del procesamiento penal, actuación que le costó su derrota en los comicios de 1976 como en este caso merecerá que ocurra con el presidente Biden porque este indulto es una verdadera grosería.

El ciudadano colombiano Alex Saab, un hampón que venía recorriendo países dejando una larga estela de delitos contra los pueblos víctimas de sus tropelías -comenzando por el suyo propio donde mantiene un proceso abierto por haber estafado a miles de ciudadanos- que ejecutaba como instrumento de las mafias gobernantes que se han enquistado en Venezuela, estaba bajo seguimiento tanto de la DEA como del FBI pues sus fechorías incluían narcotráfico, blanqueo de dinero, utilización del sistema financiero norteamericano, y entre sus habilidosas maniobras hasta había logrado un acuerdo con esas autoridades policiales de entregar informaciones y hasta 10 millones de dólares como consta en el expediente de la Corte en Miami.

Este sujeto mantiene antecedentes criminales en sus andanzas delictivas en Colombia, Ecuador, México, Antigua y Barbuda, todo bajo la figura penal de estafa.

En Venezuela este hampón acumuló fortunas recibiendo millones por la famosa bolsa CLAP que rellenaba con excrementos de ratones, cucarachas, gorgojos y demás porquerías que eran entregadas al pueblo hambriento.

Es de imaginar como habrán recibido la noticia de la liberación de este bandido las decenas de funcionarios de las diversas policías que incansablemente trabajaron sus casos, sobre todo esos que lograron detenerlo en Cabo Verde hasta que después de una larga batalla judicial lo pusieron ante la justicia norteamericana.

Joe Biden merece alto castigo de Dios por este crimen que ha cometido.

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