Por: José Enrique González
Eran aproximadamente las 5:30 de la mañana de este miércoles cuando Freddy Lali de 43 años salió a Caracas abordo de un autobús del terminal del Big Low Center. Todo ocurría con normalidad hasta que en la vía de servicio Bohio apagaron las luces del vehículo y tres sujetos se levantaron para asaltar a los pasajeros. Entre los delincuentes se encontraba uno que portaba un revolver cromado, otro una navaja y un tercero se quedó con las manos libres para encargarse de revisar a las personas y quitarles sus pertenencias.
El hecho no concluyó hasta que los sujetos forzaron al conductor a desviarse en sentido contrario y dejarlos cerca de Tocuyito. De regreso al Big Low, las víctimas manifestaron lo ocurrido en el módulo de la Policía de Carabobo. Los funcionarios sólo les instaron a denunciar el caso en el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc).
De acuerdo con la directora del Terminal de Valencia, Norelia Rodríguez, durante esta temporada decembrina las autoridades del recinto no recibieron ninguna información referente a una actividad delictiva, excepto por el asalto de una unidad, en la que se permitió el abordaje de pasajeros afuera de las instalaciones, por lo que el caso no les compete.
Rodríguez enumeró que los cuerpos de seguridad que resguardan el recinto son las policías de Carabobo, Nacional Bolivariana y la Guardia Nacional Bolivariana. Aseguró que cumplen con la revisión de los autobuses.
En contraste, el usuario Freddy Lali señaló que no hubo ningún tipo de medida para inspeccionar a las personas. También indicó que al parecer no todos los funcionarios disponen de detectores de metales.
Durante un recorrido en el sitio se pudo constatar que solo unos seis vehículos contaban con la presencia de funcionarios y otros dos con pasantes de la Universidad Nacional Experimental de la Seguridad, y solo uno utilizó detector de metales.
