Parece ser que en Venezuela es infinito el poder de asombro ante todos los hechos políticos que ocurren del lado de la llamada “Oposición”, pues sin duda alguna, la sociedad civil no sólo se encuentra decepcionada, sino impactada ante los hechos asombrosos que han ocurrido.

Y el punto principal de éste asunto se circunscribe a la falta de seriedad en el mensaje que se le envía a la sociedad civil, pues el discurso es incongruente con la acción. Es decir, se manifiesta algo pero se hace lo contrario y eso no es otra cosa que un atropello y una falta de respeto al ciudadano.

El hecho político de la juramentación de los gobernadores electos ha ocasionado un terremoto dentro del mundo de la oposición, que aunque se nos presenta como una especie de apocalipsis democrático por las profundas frustraciones que ha generado, podemos decir que como fenómeno histórico el mismo puede ser conducido hacia caminos positivos.

De seguro amigos lectores ustedes se van a preguntar ¿cómo es posible esto? Bien, nosotros le vamos a explicar que eso es posible porque ésta nefasta actitud va a producir un proceso de purga y filtración entre una dirigencia contaminada y corrupta moralmente y otra que desea llevar a la nación por el camino de la paz, el progreso, la unión y la democracia.

No debemos tener duda alguna que el proceso de descomposición moral y social también llegó al terreno de la oposición y ese es un fenómeno sociológico que sería muy bueno que el amigo Manuel Ramón Barreto Hernáiz no los explique profesionalmente. Pero que la misma historia nos ha enseñado que cuando las sociedades llegan a ese extremo en el que hacen un efecto espejo a las ciudades bíblicas de Sodoma y Gomorra, evidentemente llega un momento en que la estructura de esa sociedad se viene abajo por el colapso de la inmoralidad y la incompetencia.

Para finalizar queremos expresar a nuestros lectores que a pesar de todo, no pierdan la fe y si de algo estamos seguros es que lo sucedido dará pie para que a la dirigencia opositora la bañen con cloro jabonoso para que a futuro muestra una cara nueva y que los cadáveres insepultos (nuevos y viejos generacionalmente) queden sólo para leer lo que hicieron en las páginas negras de nuestra historia.




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