En la imaginación de la mayoría del país hay un sueño que no cesa: vivir en libertad,en democracia…Que nos devuelvan el país imperfecto, donde vivíamos en familia, permanente crítica, relativa paz y escandalosa alegría.
Se reclama una conducta retributiva de quiénes accedieron al poder y gozaron de todo tipo de garantías, incluyendo el sobreseimiento, el perdón por intento de golpe de estado y magnicidio contra el Presidente Pérez. Se añora un ente electoral ecuánime, que no reparta inhabilitaciones a quienes merecen reconocimiento por su previsible triunfo. Se exige una libertad de expresión, similar a la de quienes gozaron de tanta, que les permitió amenazar con freír en aceite la cabeza de los adversarios, al estilo del imperio español contra los patriotas venezolanos.
Esta inhumana amenaza resultó leve, frente a lo vivido por miles de venezolanos presos, torturados y muertos, como intenta demostrarlo una montaña de expedientes, elevados ante la CPI.
A ocho millones de nuestras compatriotas, les incineraron sus sueños en las calderas del autoritarismo, la ineptitud y el despojo de la nación. Hoy intentan reconstruirlos en otras latitudes, en medio de vitales carencias y hostilidades xenófobas.
La paradoja histórica está marcada entre quienes tuvieron garantías de acceso al poder, por parte de lo que ellos cuestionaban como democracia; y lo que hoy defendemos como democracia, que tampoco era perfecta, pero la diferencia, entre ambas críticas, radicaba en el reconocimiento de las virtudes esenciales del modelo democrático venezolano; un modelo que los actuales regimentarios necesitaban destruir para perpetuarse en el poder.
Esto es lo que nos jugamos hoy: MCM rompió la vieja conducta electoralista, que durante un cuarto de siglo nos mantuvo distraídos del propósito fundamental del cambio global. Rompió la vieja cultura pragmática, destinada sólo a conseguirle alcaldías, gobernaciones y diputacionesa partidos y dirigentes, cuyo paso siguiente era reportarse a Miraflores.
Encabezó la lucha por las primarias, colocó en manos del soberano la decisión de la candidatura presidencial, y puso en marcha una política, y la construcción de una fuerza de raigambre ciudadana, prefigurada hoy en GANA y los 600K.
El gobierno intenta aplicar una inhabilitación inconstitucional, recurre a los viejos aliados y trampas, maniobra con la abstención y la violencia, pero no podrá impedir la victoria de la candidatura soberana de MCM.
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