El cineasta venezolano Lorenzo Vigas planea una nueva película sobre la feminidad: «Quiero entender el misterio de la mujer», adelantó hoy en el Festival de Venecia, donde ha cerrado una trilogía sobre la figura del padre con «La Caja», en la carrera por el León de Oro.

«Quiero trabajar acerca de las mujeres, intentar comprender la mujer que hay dentro de mí, entender a mi madre, a mi esposa y el misterio de las mujeres, que es fascinante», reveló en un encuentro con algunos medios internacionales.

Vigas (Mérida, 1967) vuelve a competir en Venecia seis años después de convertirse en el primer latinoamericano de la historia en alzarse con el León de Oro por «Desde allá» (2015) y lo hace con «La caja», una cinta recibida con entusiasmo en el certamen.

La película narra la historia de un niño que, tras recoger los huesos de su padre hallados en una fosa común, cree haberlo visto vivo en la calle, emprendiendo un periplo en busca de la verdad que le lleva a plantearse hasta qué punto es bueno hurgar en el pasado.

Una historia sobre la ausencia con la que clausura una trilogía sobre la figura del padre que le ha llevado casi dos décadas y que está conformada por «Los elefantes nunca olvidan» (2004) y «Desde allá» (2015), además del documental «El vendedor de orquídeas» (2016), sobre su propio padre, el pintor Oswaldo Vigas.

Ahora planea centrarse en el mundo femenino con un nuevo proyecto que, avanza, será estadounidense pero que aún no ha plasmado: «Tengo algunas ideas pero son solo eso, ideas», asegura.

No obstante no trata tanto sobre el «matriarcado», una cuestión que está muy presente en «La caja», que tiene como trasfondo la ausencia de la figura paterna para muchos niños latinoamericanos, sino que versará acerca de «la feminidad y la mujer actual».

«Ese es mi plan», apunta con una sonrisa, sin dar más detalles.

Su último trabajo, con el que el próximo sábado podía conquistar su segundo León de Oro consecutivo, reflexiona sobre la necesidad de buscar en el pasado para poder continuar adelante, entre otros temas, una diatriba que sirve también para su continente natal.

Porque el personaje, ese niño que busca la verdad para suplir la ausencia, «es una metáfora del continente latinoamericano», revela.

«Muchos países como Venezuela o inclusive México prefieren olvidar el pasado (…) y siempre hay que saber de dónde uno viene para ir hacia delante», sostiene.

Y agrega: «Las tradiciones, el pasado indígena de América Latina, tiene que estar en todas las decisiones políticas, se debe que consultar a las comunidades indígenas que tienen un conocimiento más profundo de la esencia del país».

Vigas esquiva cualquier elogio y resta importancia a los premios, aunque sabe que son importantes, y se conforma con haber vuelto a Venecia, junto a Cannes, el «festival más respetable del mundo» y donde cree que nació como director hace seis años.

De hecho recordó que cuando ganó la Mostra en 2015, aunque fue muy bello, también sintió mucha presión y «La caja» fue una «consecuencia» de aquella presión.

«Quise probar que el premio no fue un error, creo que es algo normal pero al final fue bueno para la película».

EFE




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