(AFP)
A menos de cien días para las quintas elecciones en Israel en menos de cuatro años, las encuestas siguen sin prever una mayoría clara para ninguno de los bloques: Benjamín Netanyahu ganaría, pero se quedaría corto para obtener suficientes escaños junto a sus socios tradicionales y formar Gobierno.

Según una encuesta de la emisora pública Kan de la que hoy se hace eco la prensa, el partido Likud de Netanyahu vencería en las urnas con 35 escaños, y con los diputados del resto de formaciones aliadas de derecha y religiosas conseguiría 60 asientos, pero le faltaría uno para tener una mayoría mínima de 61 en un Parlamento de 120.

Esto plantea un escenario similar a las cuatro rondas electorales previas de 2019 y 2021, cuando ningún bloque -tampoco el de partidos contrarios al ex primer ministro- tuvo una mayoría clara suficiente para formar un Ejecutivo, el elemento principal que estos últimos años ha llevado a Israel a un casi constante bloqueo político.

En los comicios previstos para el 1 de noviembre, el actual primer ministro en funciones, Yair Lapid, quedaría segundo con 22 escaños con su partido centrista Yesh Atid, pero el amplio conjunto de fuerzas que en 2021 se juntó por su postura anti-Netanyahu y entabló la coalición del «Gobierno del cambio» se quedaría en 54 escaños.

Según la encuesta de Kan, el partido ultranacionalista Yamina no pasará el umbral del 3,25% de votos para obtener representación parlamentaria. Este partido será liderado por la actual ministra del Interior en funciones, Ayelet Shaked, después de que el ex primer ministro Naftali Benet anunciara que no se presentará de nuevo.

En el inestable e incierto escenario político israelí, las previsiones podrían cambiar a medida que avancen los meses y se acerque la vuelta a las urnas. Sin embargo, desde que se convocaron nuevos comicios a fines de junio, las encuestas no muestran grandes variantes que puedan modificar sustancialmente la situación.

La coalición que lideraba Benet anunció su caída el mes pasado, apenas un año después de formarse, tras profundas divisiones internas y presiones de la oposición encabezada por Netanyahu.

Tras la disolución del Parlamento, el ministro de Exteriores y principal socio gubernamental, Yair Lapid, asumió la jefatura del Gobierno en funciones, reemplazando a Benet. Seguirá en el cargo al menos hasta los próximos comicios y la formación de nuevo Ejecutivo.

Mientras, Netanyahu pone en marcha su maquinaria para intentar hacer un nuevo asalto al poder. Es quién ha estado más años en el cargo de primer ministro (1996-1999 y 2009-2021), y pese a estar sometido a juicio por acusaciones de corrupción que incluso podrían llevarle a prisión, su meta es volver a la jefatura de Gobierno.




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