Cuestionada por EFE, la Secretaría de Relaciones Exteriores de México no ofrece aun un posicionamiento oficial sobre los comicios.
Ante la crisis venezolana, el Gobierno mexicano de Andrés Manuel López Obrador ha optado siempre por una posición neutral, si bien ha pedido en varias ocasiones al Ejecutivo de Nicolás Maduro y a la oposición que se sienten a dialogar.
Cuando el jefe del Parlamento de Venezuela, Juan Guaidó, se proclamó presidente encargado del país en enero de 2019, México se desmarcó de buena parte de los países de la región y rechazó reconocer la presidencia interina del líder opositor.
Política de no intervención
López Obrador, quien un mes antes había invitado a Maduro a su toma de posesión, justificó su posicionamiento por la doctrina Estrada, una política histórica de México consagrada en la Constitución y basada en no intervenir en la política de otros países.
"Es muy clara nuestra postura, deseamos que haya diálogo, que se respeten los derechos humanos, que no se apueste a la violencia en todos los países del mundo porque el respeto al derecho ajeno es la paz", sostenía el mandatario.
Este es el mismo argumento que utiliza el presidente de México al ser uno de los pocos mandatarios del mundo que no reconoce todavía la victoria del demócrata Joe Biden en Estados Unidos y al pedir que se resuelvan primero las acusaciones de fraude vertidas sin pruebas por Donald Trump.
En contraste, México jugó un papel destacado en la crisis de Bolivia, pues refugió el año pasado al presidente Evo Morales y el pasado 19 de octubre felicitó rápidamente a su delfín, Luis Arce, por su victoria electoral.
Rechazo internacional
Parte de la comunidad internacional, como Estados Unidos y la Unión Europea, se ha expresado en contra de los comicios venezolanos, en los que se impuso la alianza oficialista del Gran Polo Patriótico (GPP) con un 82,35 % de los votos tras el llamamiento al boicot hecho por el sector de la oposición que respalda a Guaidó.
Más de quince países americanos firmaron este lunes una declaración conjunta donde denuncian la falta de legalidad y legitimidad de las elecciones legislativas celebradas el domingo en Venezuela.
Los países firmantes de la declaración son Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica Ecuador, El Salvador, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana y Santa Lucía.
En cambio, el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, y el líder del Partido Comunista, Raúl Castro, felicitaron a Nicolás Maduro.
Al igual que el Gobierno mexicano, el Ejecutivo argentino no se ha pronunciado todavía este lunes, día festivo en el país suramericano.
El Gobierno del izquierdista Alberto Fernández ha expresado anteriormente su preocupación por la situación de los derechos humanos en Venezuela y ha apoyado las investigaciones de la alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet.
A su vez, Argentina rechazó adherirse a la declaración del Grupo de Lima que reconoce a Guaidó como presidente encargado del país. EFE