Dayrí Blanco | @DayriBlanco07
El movimiento portuario, las plantas paralizadas y los anaqueles vacíos no son los únicos indicadores de la escasez de alimentos en el país. Los inventarios disminuidos en el Centro de Almacenes Congelados (Cealco) se suman a esta realidad con una caída de 50% en la cantidad de comida que reciben.
Hasta 2012, 20 contenedores diarios cargados de carne y pollo recibían en la sede de la Zona Industrial El Recreo en Valencia. Todos eran importados por el Gobierno a través de la Corporación de Abastecimiento y Productos Agrícolas (CASA). Ahora, los trabajadores de esta empresa, estatizada en 2008, solo cuentan 20 contenedores al mes como cifra máxima. Hay registros más negativos. «A veces pasan 45 días y no recibimos nada que importe el Gobierno», aseguró Gelvis Durán , secretario general del sindicato.
Solo algunas paletas de productos de firmas privadas están dentro de los galpones con una capacidad de almacenamiento de 40 mil toneladas en las tres plantas de Carabobo, mientras que en Cagua, según, Luis Rosales, representante laboral de esa sucursal, es 10 mil 200 toneladas.
Cealco es otra de las empresas oficiales que demuestran su crisis con la reducción de personal. Aunque el decreto 2245 no establece despidos, sino reestructuración las firmas pertenecientes al Ministerio de Alimentación, luego de su promulgación el 19 de febrero de 2016, se han cesanteado a más 15 mil personas, de las que cerca de 200 corresponde a este centro de almacenamiento.
Los afectados con esta medida protestaron este miércoles a las puertas de la Inspectoría César Pipo Arteaga, en Valencia, para exigir no solo el reenganche. “No se está respetando el fuero maternal ni sindical, ni a las personas discapacitadas o delegados de prevención. No entendemos por qué la política del Estado es darle duro a los trabajadores de sus mismas empresas que están fijos para incorporar tercerizados”.
Denunciaron también que la Gaceta Oficial 40852 establece jubilación y todavía no ha salido la primera persona bajo esta figura, pese a que hay algunos que tienen hasta 40 años de servicio. “Además, están entregando las mal llamadas cajitas felices que no llegan a dos millones de bolívares”.
