Mientras en varias zonas del estado Carabobo se desarrollaba la cuestionada elección de los participantes a la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), en Naguanagua, los vecinos del sector Palma Real de la urbanización Mañongo, fueron víctimas de la represión por parte de los cuerpos de seguridad del Estado en al menos seis ocasiones durante la tarde de este domingo.
En Palma Real desde hace tiempo perdieron el miedo. Están organizados y se protegen entre todos. Los jóvenes de la resistencia se alinean en la vanguardia, todos con cascos y escudos rudimentarios; un grupo de vecinos se mantiene en la retaguardia y el resto vigila desde sus apartamentos el movimiento de los funcionarios. «Vienen cinco motos y es la policía. ¡Pendientes!», el grito de advertencia salió desde la azotea de uno de los edificios.
A las 5:00 p.m., una comisión de al menos diez funcionarios de la Policía de Carabobo llegó por sexta vez al tramo de la autopista del Este frente a Mañongo y procedieron a quitar las barricadas para restablecer el tránsito una vez más. Esa había sido su rutina desde la 1:30 p.m., cuando despejaron la vía por primera vez.
«¡Hay que estudiar!¡Hay que estudiar!, el que no estudia a policía va a parar», gritaban desde la calle principal de Palma Real, mientras los integrantes del cuerpo policial, ya cansados, se dividían el trabajo. Uno tomaba fotos y grababa la situación, cuatro de ellos apartaban de la autopista las ramas, los escombros y los cauchos encendidos y otros cinco se mantenían atentos, buscando a donde fijar la mira.
Ante las consignas, los uniformados no se quedaban callados. Respondían con improperios hacia los manifestantes, pero cuando ya tenían los ánimos caldeados, iniciaban las acciones represivas. «¡Mátalo, mátalo!», le gritó un policía a otro de sus compañeros en una de las arremetidas. Tras cada ataque, los integrantes de la resistencia, junto a la sociedad civil, los enfrentaban con mayor ahínco.
De un lado las consignas, abucheos y cohetones y del otro las bombas lacrimógenas y los perdigones. El ambiente de batalla se mantuvo en este sector por alrededor de siete horas. La urbanización Tazajal, contigua a Palma Real, también fue atacada. Ambas, desde el comienzo de las protestas antigubernamentales, se convirtieron en símbolos para la resistencia carabobeña, pero también en objetivos para los cuerpos de seguridad.