Arribó el tercer día de la cuarentena colectiva a Valencia y en los mercados y supermercados, al menos en el norte de la ciudad, no se registran aglomeraciones en los establecimientos.
En vista de las creciente necesidad de alimentación de la población, el equipo de prensa de El Carabobeño hizo un recorrido por los distintos centros de expendio, para palpar la situación del consumo durante la contingencia.
La primera parada se realizó en el Mercado Municipal de Naguanagua, en donde se rumora que su administración podría no abrir al público este sábado, por lo que se intentó hablar con la gerencia sin éxito.
Algunos vendedores manifestaron estar al tanto del rumor, pero afirmaron que las autoridades del Mercado Municipal no han confirmado nada al respecto.
Unos de acuerdo y otros no
Algunos comerciantes como Alejandra y Jesús, quienes expeden granos, frutas y víveres variados en el pasillo frontal, se mostraron en desacuerdo ante esta posible medida, ya que su mercancía puede dañarse y, además, viven del día a día. "No nos conviene que el mercado cierre el sábado”, dijo Jesús.
Alejandra apuntaba a una gran cantidad de manojos de cambures distribuidos en el mesón de su puesto y agregó: “No podemos darnos ese lujo. Podríamos perder dinero”.
Félix Martínez, encargado de la Corporación Landaeta, una venta de productos secos (arroz, pastas, harina), lácteos y embutidos, expresó su acuerdo con el posible cierre sabatino. “Es mejor evitar. En medio de esta pandemia de coronavirus, hay que tomar medidas que protejan a la gente. Si se presentan casos, cómo resguardas a ese gentío. Además, en sitios como éste es fácil que se expanda el virus y se genere el caos”, reflexionó.
Ventas habituales
Ángela Guillén, quien se encontraba comprando en la carnicería La Victoriana, no ve compras nerviosas, pero si lamentó que subieran los precios de la carne y el pollo. “La semana anterior no pasaban de 290 mil bolívares el kilo de carne, ahorita está en 315 mil. El pollo incrementó, aunque no mucho, de 136 mil a 145 mil, es la dinámica del dólar, todo sube y nada baja".
¿La contingencia la trajo al mercado?
-No. Vengo por las cosas del día. No hay mucho dinero con qué comprar, contestó.
En este punto coincidió con Johanna Rodríguez, vendedora del Comercial Caribe Son, quien cree que la gente está comprando el diario, sin nervios, y que debido a la falta de recursos no compra lo que le gustaría.
Ella asegura que se han mantenido los precios en algunos productos, como la harina de maíz, entre 77 mil y 89 mil bolívares, (dependiendo de la marca); el arroz se consigue hasta en 90 mil; y las pastas, desde 49 mil 500.
También se apega a lo que dice Laura Cordero, vendedora de Mercanagua Express, un local en los laterales del mercado, en las afueras del edificio central: “Creo que la gente está comprando lo básico y lo correspondiente al día. Fíjate que yo vendo enlatados y eso se me está quedando en el anaquel. He vendido muy poco por no decir nada”.
Laura apuntó que desde el decreto de cuarentena observa muy solo el sitio: “La gente está acatando la medida y prefiere quedarse en su casa, no arriesgarse”.
En las cadenas privadas todo esta en calma
En el recorrido se sumaron un par de cadenas comerciales privadas. En la primera de estas, EcoMarket, ubicada en Concepto La Granja, los empleados observan normalidad y “cero compras nerviosas”, en un horario especial, de 8:00 am a 6:00 pm. Antes de la contingencia cerraban a las 9:00 pm.
Se intentó hablar con la Gerencia del centro comercial, pero no pudo atender al equipo. No obstante, sus empleados amablemente aseguraron que están recibiendo a los clientes siempre que tengan tapabocas y que poseen agua y jabón disponibles para el aseo de las manos de los compradores en la propia tienda.
También agradecen a los vecinos que viven en los alrededores, porque han entendido que no deben asistir al centro comercial en grupos numerosos.
Efectivamente, llegaban de a uno en uno, muy graneados, muy organizados y compraban con toda tranquilidad.
No hay escasez, los anaqueles están llenos
En Kromi Market, en Mañongo, Naires Bustamante, gerente de guardia, mostró los anaqueles llenos y nada de complicación. “El viernes pasado sí fue un caos, pero ya se ha ido normalizando todo, en el entendido de que el local no va a dejar de trabajar, por lo que las personas de los alrededores vienen, compran, y se van. No hay escasez, no les va a faltar nada”.
Se observa a la gente comprar lo del día, no hay grandes cantidades de vehículos, ni adquisición exagerada de ningún rubro.
Bustamante agrega: “En la entrada se cercioran de que todos lleven sus tapabocas y le ‘sanitizan’ las manos (con un preparado de alcohol) a todo el que ingresa”.
El gerente asegura que no ha habido incremento de precios en ningún rubro, que todos se han mantenido estables desde la pasada semana.
En el Mayorista hay quienes sienten nervios
Por segundo día consecutivo, este medio visitó el Mercado de Mayoristas de Tocuyito para palpar el comportamiento de sus lugareños en medio de la contingencia decretada por el gobierno.
Algunos comercios estaban concurridos, aunque sitios en los que el miércoles había largas colas, este jueves ya no las había.
En un expendio de comerciantes orientales, Alba Cueto, vecina de Fundación CAP, hacía sus compras como todos los días. Ella observó la situación muy tranquila. "Sin colas, todo fluido”.
Cueto acudió a comprar harina y arroz para la semana, pero observó un repunte de precios. "La carne se disparó y el pollo ni siquiera se consigue”. En la carnicería Carnico’s, ubicada unos locales más adelante, se consigue sólo lomito a 335 mil.
Todo está controlado
Chony (no facilitó su apellido), de Nueva Valencia, alega que tenía tres días que no bajaba al Mayorista pero resalta que ve “todo controlado”. Hacía una pequeña cola para entrar al establecimiento, más por evitar aglomeraciones que por otra cosa. Al ingresar, tomó una harina, un azúcar y un arroz y se dispuso a pagar.
Mientras tanto, un empleado se acerca, da la bienvenida y con un rociador se dispone a limpiar las manos de todos, y los anima a restregarlas con el líquido. En la puerta se lee “Por favor, usar tapaboca”.
Entre los nervios y la calma
Aldo Rangel, habitante de las inmediaciones, aprovecha el espacio para denunciar aumentos exagerados del pasaje: “Están cobrando 10 mil o 12 mil por traerlo a uno a acá o llevarlo a Tocuyito”. También habla de la comida: “Lo que costaba la semana pasada 220 mil, ahorita cuesta 250 mil, 280 mil. Están abusando”.
Heidi Carpio, por su parte, cree que ya hay nerviosismo entre la gente. Asegura que hay quienes están comprando debido a la incertidumbre: “La gente está comprando nerviosa”. Ella, por su parte, compró “lo habitual” –llevaba una pequeña bolsa de mercado- y a precios moderados, aunque estima que han aumentado algunos rubros, entre ellos la carne y el pollo.
Josefina, a secas, cree que hay gente que está comprando nerviosa, pero que no es lo general, y que los precios están relativamente iguales.
Maryorie Andrade la secunda. "En términos generales, la gente está comprando “normal, poquito. Lo que puede, lo que le alcance. Yo, por lo menos, compro lo del diario, porque a veces no tengo para la semana completa”.