Marisol Estela Alva, de 25 años, fue hallado el 4 de diciembre, en Villa El Salvador, Lima. (Twitter)

La Policía Nacional de Perú capturó a tres venezolanos que presuntamente estarían implicados, en calidad de cómplices, en el crimen de una joven peruana de  cuyo  cuerpo intentaron deshacerse, introduciéndolo en un cilindro relleno  de concreto, al que  pretendían enterrar en una fosa, en Perú.

El cadáver de la estudiante de enfermería, Marisol Estela Alva, de 25 años, fue hallado el 4 de diciembre, en Villa El Salvador, Lima.

Policías vestidos de civil ejecutaron un operativo en el hostal Paraíso Azul, ubicado en Villa María del Triunfo, para detener a los venezolanos, los cuales vivían juntos en una misma habitación, desde hace seis meses.

Los venezolanos alegaron ante la Policía ser inocentes, que no participaron en el homicidio, pero se confirmó que ellos aparecen en un video junto a la víctima y a Luis Estebes Rodríguez, suboficial del Ejército del Perú, principal sospechoso del feminicidio, quien se encuentra prófugo,  y  es el propietario de  una pastelería  en la que  trabajaron los hoy detenidos, aunque éstos aseguraron que actualmente se dedican a la venta de helados.

De acuerdo a las imágenes de cámaras de seguridad, Estebes Rodríguez fue la última persona que estuvo con la joven. Él la recogió en su vehículo cuando salió del instituto donde estudiaba.

Ante una fiscal y efectivos de la PNP, un testigo reconoció plenamente a D. Arcila,  de 32, uno de los venezolanos que enterró en la fosa de tres metros de profundidad, el cilindro metálico con el cadáver. Lo recuerda bien porque tuvo un enfrentamiento verbal con él, al momento que cavaban la fosa.

Junto a Arcila, fueron detenidos, L.  Thompson, de 22 años y  J. Bracho, de 33 años.

Una vez Marisol fue asesinada, presuntamente por el militar peruano, vertieron en su cuerpo  una serie de químicos para reducirlo; lo colocaron en el cilindro y lo cubrieron con cemento.

Al momento que enterraban en cilindro, un vecino se percató de  los sujetos que  llegaron con un montacarga al citado lugar, y él se acercó para preguntarles qué estaban haciendo.

Fue allí cuandodetectó el fétido olor que provenía del cilindro. Los increpó, y se dio cuenta que varios de ellos eran venezolanos.Al verse descubiertos,  todos huyeron en una minivan.

Los moradores del lugar llamaron a la Policía y después de más de tres horas lograron destapar el cilindro,  y descubrir cuerpo de Marisol. (MB)

(Con información del Diario La Nación)




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