El agua que sacaba Yamileth Moreno de su casa volvió a entrar como una ola. “Viene un carro”, gritó molesta. Lo mismo hicieron sus vecinos al pedir a los conductores que bajaran la velocidad. Era una comitiva con unidades militares Tiunas incluidas. “Es gente del Gobierno”, le dijo un señor a su esposa que dejó de secar su nevera para ver en primera fila la escena.
LA CRISIS EN PUERTO CABELLO A RAÍZ DE LAS INUNDACIONES, HA REBASADO INCLUSO A LAS AUTORIDADES
No podían ir a más de 10 kilómetros por hora. Un niño los vio y soltó una carcajada “parece el desfile de disfraces de Carnaval”. Iban lento, lo necesario para que los vecinos del Casco Histórico de Puerto Cabello le retrataran con palabras a los funcionarios lo que ellos podían ver en su recorrido. Fue una visita que llegó cuatro días después de haber iniciado la crisis con una intensa precipitación que acumuló 145 milímetros (mm) de agua. Una respuesta tardía ante una acción preventiva que nunca existió.
Una patrulla del Comando Estratégico Operacional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (Ceofanb) estaba al frente. Atrás dos Tiunas y una camioneta del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin). Eran más de 40 personas las que realizaban la inspección. Jorge Arreaza figuraba como copiloto de uno de los vehículos rústicos. Era la única cara conocida.
A él iban todas las quejas: “Bájate para que veas que lo perdimos todo”, exclamó una señora mientras intentaba no caerse al tropezar con una rama inundada. “Estamos desde el sábado con el agua dentro de las casas”, “los niños se están enfermando”, también se escuchaba. El vicepresidente para el área social solo repetía como único argumento que dos bombas de achique habían sido encendidas a esa hora, ya cerca del mediodía del miércoles. “Chávez sí estaría aquí con nosotros con el agua hasta la cintura”, le replicó un anciano.
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