El 23 de enero se conmemora la caída de la dictadura perezjimenista y el comienzo de nuestra democracia. Haciendo un poco de historia, después del “Trienio Adeco”, presidido por Rómulo Betancourt, en febrero de 1948, asume la presidencia Rómulo Gallegos, representante del partido Acción Democrática, quien, en la historia de nuestro país, es el primer presidente electo democráticamente. En su gabinete ministerial contó con personas como Andrés Eloy Blanco en el ministerio de Relaciones Exteriores, Carlos Delgado Chalbaud como ministro de Defensa, en Fomento, Juan Pablo Pérez Alfonzo, el ministro de Educación era Luis Beltrán Prieto, el de Comunicaciones, Leonardo Ruiz Pineda, en el ministerio del Trabajo, Raúl Leoni y el encargado del Despacho, era Gonzalo Barrios, por nombrar a algunos.
Sin embargo, este nuevo gobierno llegó acompañado de disputas y grandes diferencias con los partidos de oposición. Incluso dentro Acción Democrática, había distanciamientos. Los militares, que se habían manifestado leales, también mostraron su descontento, incluyendo a Delgado Chalbaud. Además, las empresas petroleras expresaron inconformidad. Rómulo Gallegos implementó políticas que buscaban proteger los intereses nacionales y aumentar los ingresos del país provenientes del petróleo, reformando la Ley de Impuesto sobre la Renta, promulgada el 12 de julio de 1948, que establecía un gravamen adicional del 50% en el exceso de las ganancias obtenidas por las empresas petroleras, garantizando así que una mayor parte de estas ganancias beneficiaran a Venezuela, en lugar de favorecer exclusivamente a las empresas extranjeras.
Los líderes militares Marcos Pérez Jiménez y Luis Felipe Llovera Páez, convencen a Delgado Chalbaud, ministro de la Defensa y amigo personal de Gallegos, de ir a hablar seriamente con el presidente de la república, para manifestarle, tres puntos esenciales: extraditar a Rómulo Betancourt, a quien consideraban un marxista que manejaba a su antojo a Rómulo Gallegos; el desarme de las milicias de Acción Democrática y por último, cambiar el gabinete ministerial por personas sin filiación partidista. Cuando Gallegos los escuchó, se negó a aceptar los planteamientos. En poco tiempo fue apresado y posteriormente, expulsado del país con su familia. Según algunos historiadores, este fue un golpe detrás del que estuvo el gobierno norteamericano, ante la amenaza de que nuestro gobierno se volviera promarxista; un golpe que no tuvo oposición violenta por parte del gobierno de Gallegos.
El coronel Carlos Delgado Chalbaud, ahora exministro de defensa, presidió de forma casi inmediata la Junta Militar que también integraron los tenientes coroneles Marcos Pérez Jiménez y Luis Felipe Llovera Páez. Tanto Rafael Caldera como Jóvito Villalba, líderes de los partidos Comité de Organización Política Electoral Independiente (COPEI) y Unión Republicana Democrática (URD), sin ocultar su agrado, comenzaron a trabajar por unas posibles y próximas elecciones en las que esperaban participar como candidatos. Al comienzo hubo promesas, pero de inmediato comenzaron a perseguir a los opositores, disolvieron el congreso, las asambleas legislativas, los concejos municipales y comenzaron los ataques a la prensa, convirtiendo así al gobierno en una dictadura. Los partidos más problemáticos eran Acción Democrática y el Partido Comunista de Venezuela.
Delgado Chalbaud pensó en disolver la Junta Militar y llamar a elecciones, donde él sería candidato, pero el 13 de noviembre de 1950, ocurre el único magnicidio cometido en Venezuela, el asesinato de Carlos Delgado Chalbaud. No nos vamos a detener en eso, pero la Junta Militar decide incluir entonces a un civil y es Germán Suárez Flamerich quien asume la presidencia de la ahora Junta de Gobierno, cuando todo el mundo sabía que mandaban los militares.
De hecho, en 1952 se lleva a cabo la elección de la Asamblea Nacional Constituyente que redactaría la Constitución y designaría un presidente provisional para Venezuela. Acción Democrática estaba prohibido, así como el Partido Comunista. De esta manera la oposición estaba en manos de COPEI y URD. Aunque Jóvito pensó llamar a la abstención, su partido fue el que sacó la mayoría de los votos quedando COPEI en tercer lugar. Armando Veloz Mancera dijo a la prensa los resultados extraoficialmente: “1.198.000 votos para la URD, 403.000 para la Frente Electoral Independiente (partido de Pérez Jiménez) y 306.000 para COPEI”.
Pérez Jiménez no podía permitir esto y, de inmediato, frenó a la prensa y destituyó a los directivos del Consejo Supremo Electoral. En pocos días expulsó a Jóvito Villalba y a otros líderes de URD del país y se proclamó presidente provisional de Venezuela que luego, después de redactada la Constitución por una Asamblea amañada, fue legalmente nombrado dictador, perdón, presidente de la república.
Su gobierno duró cinco años. No vamos a hablar de lo bueno o malo que este fue, me voy al plebiscito de 1957. Mis padres en esa época ya estaban casados y tenían una hija de dos años, yo. Ambos eran estudiantes universitarios y dirigentes de COPEI.
El plebiscito tenía por objetivo preguntar al pueblo si el presidente podía optar por un nuevo periodo presidencial de 5 años y, de aprobarse, también se ratificarían todos los candidatos de su partido político al congreso, a las asambleas legislativas y a los concejos municipales, contrariando lo planteado en la Constitución del año 1953, promulgada por él mismo, que contemplaba elecciones libres con diversos candidatos.
El 15 de diciembre de 1957, Venezuela votó. Se votaba con tarjetas que se metían en una urna. A los empleados públicos se les ordenó votar “SÍ”, por lo tanto, debían regresar al trabajo con la tarjeta que les había sobrado, la del “NO”, o serían despedidos. Mi papá, como muchos otros compañeros, consiguió, no sé cómo, una tarjeta “NO” para entregarla en el Ministerio de Obras Públicas, donde era empleado, porque la suya, la había metido en la urna, había votado “NO”. Como todos sabemos, Pérez Jiménez fue derrotado en las urnas, en el plebiscito ganó el “NO”, pero los resultados oficiales que conoció Venezuela fueron los emitidos por el Consejo Supremo Electoral fraudulento, SÍ: 2.374.790 contra NO: 364.182.
El primero de enero de 1958, hubo un intento fallido de golpe de estado donde fueron detenidos los responsables. Pero poco a poco fueron alzándose en todo el país, hasta que el alto mando militar le pidió la renuncia a Pérez Jiménez quien, en la “Vaca Sagrada”, el avión presidencial, huyó con su familia desde el Aeropuerto de La Carlota rumbo a Santo Domingo, en la madrugada del 23 de enero de 1958.
Todavía recuerdo a mi mamá contando cómo esa madrugada del 23 de enero, muy emocionada me despertó: “¡Ana, cayó Pérez Jiménez!” y yo le contesté “¿se cayó así ¡PUM!?”.