Como ocurre siempre con los nuevos tiempos superados ya en los dos decenios de este siglo XXI, hemos revisado el comportamiento de algunos estimados, expectativas, progresos, avances, y hasta las profecías que se estimaban para todo tiempo. Unos han resultado realizables, y aun logrados. Otros pocos han resultado favorables y hasta increíbles. De eso hablamos hoy.

Aunque muchas creencias sobre el avance tecnológico parecían evidentes, y esperadaa; muchas tradiciones, banalidades, extravagancias sociales y absurdos culturales siguen vigentes (y en aumento), en un mundo de miedos, confuso, tensionado y sobre exigido hasta el presente.

¡Miles de viejos y nuevos relatos culturales, de dioses emergentes, de argumentos utópicos, dogmas, entelequias, viejos cuentos, y magias milenarias, acogotan a la raza humana desinformada, distraída, angustiada, e indefensa para aguantar tanta sobrecarga!

¡Está al descubierto un efectivo “populismo de almas” y una activa “democracia de cultos”! Una creciente desinformación sobre deidades, religiones, cultura “callejera”, y mitologías emergentes distorsionantes, asociados todos a la necesidad humana de entenderse mejor, como especie y depositaria de complejas culturas y creencias…

Todo un mundo de viejas incógnitas, siempre presentes. ¡La gente necesita nuevas, sólidas, y verdaderas respuestas, que den más protección a la permanente indefensión humana! En la educación de las nuevas generaciones está presente la oportunidad del rescate, para que las nuevas sociedades comprendan cómo han operado –siempre– los miedos e incertidumbres, y nos expliquen por qué hemos estado tan indefensos y desinformados.

Sólo con un desarrollo intelectual, cultural y emocional permanente, actualizado, confiable, y no comprometido, ocurrirá la genuina liberación del ser humano, tan alienado por tantos “paquetes” de culturas e ideologías; tan “entregado” en ingenuidad, y dispuesto a su propia “venta”.

Multimillonarios e increíbles negocios se mueven tras bastidores en un mundo circense de divinidades, creencias y creyentes. Con el desarrollo actual de una “democracia de creencias y cultos”, como ejemplo, cualquier osado y descarado “inversor” con algún dinero extra puede entrar en el negocio (franquicia) de los cultos; de los que quiera y como los quiera en el idioma o traducción inmediata, entregado a domicilio, con dioses hechos a “su gusto”, personalizados y con “auxiliares celestiales” incluidos: ¡Pronto, aparecen las carteleras y vallas gigantes que nos invitan a hacer, y la mensajería electrónica que nos lleva los textos de la esperanza!

Con inteligente presencia en la TV, celulares, y el inmediato encuentro en las APP (aplicaciones), fáciles de “bajar” de internet, y la captación “puerta a puerta”, se abren buenos negocios: El “Tarantín de las almas”, o El “Rincón de la salvación”, podrían ser dos ejemplos de sencillos y llamativos nombres apropiados para el reluciente y lucrativo negocio.

Ante ofertas de oraciones y ayudas sanadoras, acudirán los nuevos y necesitados (solitarios) “fieles”. Nada de esto es totalmente nuevo; sólo que la arremetida de ahora, de estos tiempos, es más frontal y organizado. El mercadeo con las “almas” angustiadas, ha existido siempre como lucrativo negocio… Cómodas cuotas iniciales, y asistidos planes para “emprendedores” del alma…

No es asunto de esperar mucho, ellos irán rápido a los desasistidos. ¿Y a nosotros, también? ¿Por qué no? ¿Cómo lo consiguen? Les basta detectar la ansiedad o angustia que se refleja en los rostros y gestos de tantas solitarias “almas”, que esperan una ayuda para dar o recibir.

El noruego Jonás Bendiksen, agnóstico, fotógrafo de 45 años, ha indagado con seriedad y solidez un estudio sobre algunos de tantos nuevos “profetas”, o creadores de sectas, en varios lugares del mundo. Descartó a los que mostraban una salud mental dudosa, porque como lo expreso en uno de sus libros, “en cualquier centro psiquiátrico hay más de una persona que dicen ser Jesús”.

Por eso, Bendiksen redujo finalmente su estudio a siete personajes, de entre cientos considerados profetas en el planeta. Todos ellos de gran capacidad como líderes, con discursos bien estructurados, y una gran capacidad de convicción. Todos, con una comunidad de creyentes considerable, y una clara misión de evangelización (según ellos).

Bendiksen cita entre los más sobresalientes manejadores de sectas, a “Vissarion”, un mesías y profeta apócrifo, de una iglesia alternativa en Siberia (más de 8.000 seguidores), que celebra la Navidad el 14 de enero, día de su cumpleaños. Lo mismo sucede con otro de estos profetas, “Inri Cristo”, mesías en una secta en Brasil, con miles de seguidores, mayormente mujeres.

Pero nadie supera en poderío y control de masas a “Apollo Quiboloy”, nacido en 1950 (hoy 72 años) de edad con su súper Iglesia en Filipinas (llamada “Restoracionista”), con más de seis millones de fieles, una flota de helicópteros, universidad propia, y un moderno canal de televisión.

Dice Bendiksen que los relatos y creencias de estos profetas son tan plausibles, bien estructurados y profundos, como los que pueden escucharse de las religiones mayoritarias. Y se pregunta: “¿por qué pensamos que estas personas están ‘chifladas’, cuando sus historias son igual de extrañas y creíbles, como las que se predican en la iglesia de la esquina?” “¿Por qué a una cosa se le dice ‘ridícula’, y a otra se le acepta socialmente?”  ¡Cosas de la libertad de cultos!…

Hernani Zambrano Giménez, PhD.

hernaniyo@outlook.com




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