El partido entre andaluces y catalanes estuvo muy disputado./Foto: AFP

El Sevilla y el Espanyol empataron 1-1 en el Sánchez Pizjuán en su estreno liguero, en un partido que adoleció de brillantez en el juego y de más profundidad, y en el que los dos equipos notaron la falta de ritmo propia de estas fechas.

El choque tuvo un periodo para cada conjunto, pues los catalanes estuvieron mejor en una primera mitad en la que se adelantó el Sevilla con un gol del galo Clément Lenglet, luego neutralizado con el 1-1 por el brasileño Leo Baptistao a diez del descanso, mientras que en el segundo apretaron más los hispalenses, que incluso mandaron un balón al palo por medio del colombiano Luis Muriel.

Ambos equipos encaraban con ilusión un estreno en Liga que era la repetición del mismo arranque de la pasada, un partido loco y raro que acabó con triunfo local por 6-4, y que para el Sevilla suponía el inicio de la ‘era Berizzo’ en el torneo liguero.

Sin los lesionados Diego López, Víctor Sánchez, Duarte y Vázquez, el técnico espanyolista, Quique Sánchez Flores, puso en la portería a Pau López e hizo debutar al central brasileño Naldo Gomes, su último fichaje, con Jurado, Javi Fuego, Diop y Piatti en el medio campo, y el brasileño Leo Baptistao y Gerard Moreno arriba.

Mientras, el argentino Eduardo ‘Toto’ Berizzo revolucionó su once con nueve cambios respecto al que el miércoles ganó 1-2 en Turquía.

Aparte de las bajas de Carriço y Franco Vázquez y de dar descanso a Krohn-Dehli, Pareja y Montoya, el técnico sevillista sólo mantuvo a los galos Lenglet atrás y N’Zonzi en el medio. Alineó al canterano Borja Lasso y al brasileño Ganso en la creación, con Nolito y Jesús Navas, en su vuelta oficial a Nervión, en las bandas y el colombiano Muriel en punta.

El Espanyol salió mejor situado y con las ideas más claras, lo que demostró en un doble remate a los dos minutos de Baptistao, su delantero más rápido y avispado, pero David Soria salvó de milagro el gol por dos veces y acabó lesionado en una mano y sustituido por Sergio Rico, titular en Estambul en la previa de la ‘Champions’.

Los hispalenses, muy desorientados hasta el ecuador de esta parte y que parecieron notar las muchas rotaciones hechas por el técnico argentino, se vieron superados por el cuadro catalán, que neutralizó a un discreto Sevilla y salió veloz al ataque. Así, rozó el gol en un tiro cruzado de Gerard a los 12 minutos y luego en un cabezazo de Baptistao que despejó con apuros Rico y el debutante danés Kjaer.

Con Navas como principal guía desde la derecha, los andaluces espabilaron y, tras un gran centro del palaciego que remató Nolito y rechazó bien Pau López, lograron variar el guión en el minuto 26 al hacer el 1-0 Clément Lenglet en un lance protestado por los pericos, al considerar que la pelota no rebasó completamente la línea de gol.

Sin embargo, el árbitro, auxiliado por su asistente, concedió el gol al entender que el balón, desviado por el central galo y que también tocó en el brazo del meta catalán tras un córner cerradísimo sacado al primer palo por Nolito, traspasó por completo la línea.

Los sevillistas, a los que les costó un mundo crear superioridad, pudieron ampliar su renta sobre la media hora, pero Muriel no atinó en dos remates ante Pau López, que en el segundo evitó el gol con una magnífica parada.

Los hombres de Berizzo nunca estuvieron cómodos ante la presión del Espanyol, que no perdonó en su cuarta ocasión de gol al empatar Baptistao tras una rápida jugada que culminó con un tirazo, desde dentro del área, para lograr el 1-1 a diez minutos del descanso.

En la reanudación, Gerard lo intentó con un cabezazo flojo que paró Rico. Los catalanes, bien colocados, buscaban salir a la contra y siguieron controlando más el juego, hasta que a los diez minutos salió al campo el ‘cerebro’ argentino Éver Banega, por el joven Lasso, y el Sevilla empezó a carburar y a generar peligro.

Con Banega en la dirección del juego, asociándose con Ganso, Nolito y, sobre todo, con un Jesús Navas magistral y muy vertical y veloz en sus acciones, los sevillistas se hicieron con el mando del choque ante un Espanyol que nunca renunció a llevarse el triunfo, pero ahora más conservador y replegado en defensa.

Los de Berizzo dispusieron de varias ocasiones claras y estuvieron a punto de romper la igualada, en un tiro flojo de Ganso, un centro de Navas que no halló rematador, otro centrochut del sevillano que despejó Pau López y, sobre todo, en la posterior acción en la que el balón le llegó a Muriel, tras un genial pase de Nolito, pero lo estrelló en el poste.

Así, el partido acabó 1-1 y con el Sevilla con un jugador menos, por la expulsión con roja de Banega a seis minutos del final.




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