Hace poco y como siempre
fui hasta el pueblo de Miranda
esa tierra apapachosa
y que de bondad abraza
Y sentado ahí en la plaza
me quede mirando al cerro
y recordé este relato
que escuché de un cuentacuentos
Relató que en la montaña
la que llaman Pericoca
habitaba un gran cacique
que mandaba en esta zona
Cacique Pericopito
jefe indio Jirajara
de todo este vallealtino
linaje de raza brava
Que junto al Indio Canobo
y otros indios del gran valle
dejaron sus petroglifos
¿Mensaje oculto? Quien sabe
Dicen que Pericopito
locamente de la luna
él estaba enamorado
era su mayor fortuna
Igual la luna también
gustaba de aquel cacique
pero el Sol no lo aceptaba
y amenazó con destruirles
Lo cierto es que a escondidas
Pericopito y la Luna
lograban siempre encontrase
y compartir sus locuras
De aquellos lindos encuentros
Luna quedó embarazada
pero el Sol al enterarse
juró una cruenta batalla
Enseguida a la montaña
sin dudarlo se acercó
y cumpliendo su venganza
al cacique destruyó
Y no conforme con eso
con sus rayos calcinó
al pobre Pericopito
que un triste final vivió
Allí sus restos quedaron
en un claro de montaña
y en la tribu, dolorosos
por su cacique lloraban
Por la noche llegó Luna
inocente de aquel hecho
pero al ver la triste escena
su corazón quedó desecho
Y una lagrima de sangre
de su rostro le brotó
que se fusionó enseguida
con su amado y su dolor
Y fue así extrañamente
que un embrujo sucedió
rojo y negro… dijo Luna
símbolo de nuestro amor
Al tiempo Luna dio a luz
una estrellita preciosa
pero el Sol no permitió
que brillara primorosa
Y la condeno a vivir
justo ahí en la montaña
donde una vez derrotó
a su padre en cruel batalla
Y la estrella humildemente
aceptando su destino
fue a vivir a la montaña
sin impórtale el castigo
Y para honrar a sus padres
se vistió de rojo y negro
un penacho, una maraca
y collares en el pecho
Aquel pueblo Jirajara
al verla, la coronaron
como Diosa Peri – coca
por su casta y su legado
Madre de la gran montaña
de los ríos, los animales
y la guardiana de todos
los que habitan en el valle
Y con toda esa fuerza
que nació de su grandeza
Pericoca logro un día
la más hermosa proeza
Y es que donde cayó el cuerpo
de Pericopito el padre
un arbusto fue naciendo
de belleza incomparable
Regalando unas semillas
para la posteridad
roja y negra ¡Pericoca!
La leyenda es verdad
Y hoy después de mucho tiempo
la montaña sigue allí
majestuosa, vigilante
queriendo verlos feliz
Y la gente de Miranda
se alegra por su presencia
porque saben que sus sueños
los resguarda con querencia
Colorido rojo y negro
lucen Vasallos del Carmen
evocando a su ancestros
tejen cintas por las calles
Y uno que otro artesano
a sus piezas le colocan
como símbolo genuino
una hermosa Pericoca
El señor Freddy Jiménez
marcó un tiempo bonito
Títeres La Pericoca
se reían los pipiolitos
Y tal vez hay mucho más
de esta leyenda preciosa
Pericopito, la Luna
Y la Diosa Pericoca
Voy a seguir indagando
y si algo mas encontrara
segurito que regreso
a contarlo y con más ganas
Mientras tanto… un silencio
y ofrezcamos una ofrenda
cerro y diosa Pericoca
Miranda, onoto, leyenda
Don Pío Lara