Palacio de los Iturriza o Quinta la Isabela
un Castillete Valentino
decretado monumento histórico nacional
el 2 de febrero de 1981
En la vetusta Valencia
la misma de techos rojos
se levantó un palacete
que embrujaba muchos ojos
Por la avenida Bolívar
que fue antigua Camoruco
algo cerca del Cabriales
con sus guafas y bejuco
Al sector se le conoce
como el Viejo Camoruco,
el de las cabras, cabrales
guabinas y patarucos
De aquel palacio se dice
es del siglo diecinueve,
era un casa de campo,
impresionante relieve
Su primer dueño sería
don Juan Miguel Iturriza,
Elodia, su esposa e hijos,
un gran sueño cristaliza
Aunque su casa de diario
estaba justo en el centro
por la calle libertad,
detrás del Teatro Imperio
Ese hermoso palacete,
quedaría concluido
en mil ocho, ocho siete
un agosto muy florido
Y en la cumbrera central
el gran nombre de Isabela,
la madre de Juan Miguel,
y su hija, igual lo lleva
El arquitecto de la obra
Francisco Fernández Paz,
quien guiado por Juan Miguel,
logró la idea muy tenaz
Resaltando en esa obra
el propio estilo francés,
y hoy por hoy sigue campante
solo le faltó un ciprés
Unas gárgolas colocan
y otras figuras extrañas,
maléficas o benditas,
cada dueño tiene mañas
Don Juan Miguel Iturriza,
fue teniente regidor
en la población del Pao,
un importante cantón
Entrado ya el siglo veinte
don Juan Miguel falleció,
y la casa poco a poco,
la familia abandonó
Luego al año treinta y cinco
después de varios intentos,
la casa al fin se vendió,
con muy maltrechos cimientos
Manuel Vicente Castrillo,
amigo de Juan Miguel,
compraría el palacete
¡Un verdadero Placer!
Enseguida se fajo
con varias reparaciones,
cambió piso, la escalera
ventanas, puertas mejores
Eso sí, siempre tratando
de mantener la figura,
y la forma original,
de aquella hermosa estructura
Además le agregaría
a la casa como tal
el baño y la cocina
algo lógico y normal
Pues era en la casa anexa
que estaban baño y cocina,
guarda coche, algunos cuartos
también la cabelleriza
Es bueno aquí destacar
que las tejas de aquel techo,
una a una se copiaron,
en troquel muy bien hecho
También trajo desde Francia,
cerraduras, picaportes,
lámparas, papel tapiz,
vidrios, y otros soportes
Lo que sí muy tristemente
no hubo forma ni manera
de salvar, fue un bello fresco,
de Arturo Michelena
Hacía el año cinco tres
le reducen sus terrenos,
nació allí la calle Kerdell,
para muchos, fue muy bueno
Y la avenida Miranda
igual por allí se haría
el sector se va poblando
junto con las nuevas vías
Y también por un costado
se hace una gran avenida,
que se enlaza a la autopista,
y el sector toma más vida
Allí llegaron los Bozzone,
y formaron un hogar,
justo hoy ahí se encuentra
el edificio Pan Am
Y más cerquita del rio,
hoy en Parque Juan Cuchara,
era la familia Bello,
que esos predios habitaba
Y más allá del Pan Am,
Eran los Sosa Marvez,
que tenían su residencia
casa de mucha altivez
La avenida Camoruco,
hoy avenida Bolívar,
sería la familia Rache,
que al sector le dieron vida
Muy cerca también estaba
la familia Reverón,
en la zona donde queda
hoy en día El Galeón
Hasta mil nueve seis cinco
la familia se mantuvo,
habitando aquella casa,
la hermandad los entretuvo
Hasta que, muy lamentable
falleció el señor Castrillo,
y entre dolores y pena,
abandonan el castillo
Al mudarse a otra casa
aquella quinta, se cierra,
se cierra un tiempo, una historia,
la soledad les aterra
Al año setenta y seis
grupo bancario italiano,
compran la quinta y decide
con oficinas, colmarlo
El Concejo Municipal,
se niega a dar permiso,
pensando que ese proyecto,
tenía más mal, que beneficios
Entonces este consorcio
a otro grupo inversionista,
y de origen italiano
lo vendería de prisa
Pero estos a su vez
lo revenden en Caracas,
y es allí que el palacete
que caería en desgracia
Pues solo algunos pintores
con caballete y pincel,
plasmaban ahí en sus lienzos,
la quinta, encanto y vergel
Yo tengo ese palacete
pintado con gran dulzura,
por el mago Cristóbal Ruíz,
aquel pintor de La Luna
Hacia el año ochenta y uno
y para un dos de febrero,
en monumento nacional
lo decretan con esmero
Eso apaga los rumores
que habla de demolición,
y se piensa seriamente,
en su recuperación
En el año nueve uno
un veinticinco de marzo,
en Museo de la Ciudad,
decían, sería nombrado
Era Henrique Salas Römer,
entonces gobernador,
y con pequeños trabajos
fue la remodelación
Hacia el año nueve cinco
un arquitecto contratan,
de nombre Luis Maldonado,
y sendos planos levanta
Y la empresa del proyecto,
Inversora Santa Cruz,
que llevaron adelante
darle a la quinta su luz
Grande luz que eliminaba
esa figura tamuja,
impresión que nos quedaba
como una casa de brujas
Así que la casa sufre
Su segunda intervención,
para mejorarla toda
bases, facha y corazón
La obra al fin se culmina
en el año nueve ocho,
para un primero de octubre
fue un momento muy hermoso
Y aunque no tiene un valor
relativo a la historia,
su arquitectura nos lleva
a sentirlo con gran honra
Una casa colonial
de la vetusta Valencia,
que hoy nos sigue regalando,
su hermosura y opulencia
El amigo Pedro Douaihi
fue director general
de patrimonio y histórico
y también el cultural
Gobierno de Carabobo,
Y desde allí supo impulsar
la quinta como museo
de la Valencia industrial
También Iris Goicochea
ekaterina Afanasiev
con Alejandro Nazar
la impulsaban para bien
Y hoy por hoy están al frente
mi amiga Raquel Correa
y don Argenis Agudo
cumplen hermosa tarea
Hoy también, hay la propuesta
que funcione en esa quinta
un café gourmet, museo
restaurant con galería
Ojalá que sí se logra
sea por bien de ese palacio
sea por bien de la ciudad
¡Que brille como un topacio!
Cuentos y curiosidades de la Quinta la Isabela
Por allá por los ochentas
en sus patios funcionaba
de mecánica, un taller
y carros se reparaban
La plazoleta que tiene al frente
En mil novecientos trece
Justo al frente de la casa
en honor a Girardot
se inauguró una plaza
Esa estatua la trasladan
luego para Naguanagua
del cinco siete, al seis, seis
en la plaza no hubo nada
En ese año del seis, seis
llegó el busto de Miranda
y hoy es la Logia Masón
que se encarga de cuidarla
La niña de la escalera
Se cuenta que en hay una niña
que juega en las escaleras
se escucha reír, llorar
y hasta formar sus rochelas
La historia es que se cayó
y murió en las escaleras
y en algunas madrugadas
camina y gruñe la madera
La viuda
Se dice que hay una viuda
traje negro, velo negro
con un sombrero de luto
y llora con desconsuelo
Calladita se te acerca
te susurra en el oído
qué si no has visto a su esposo
en un tono muy sufrido
El fantasma de la ventana
Se dice que por las noches
al que pasa caminando
un fantasma lo saludo
y hace sonido extraños
La suicida del segundo piso
En noches de luna llena
se oye un grito escalofriante,
en una de las ventanas
de una dama al suicidarse
La maldición de las morocotas
Se cuenta que esos patios
en un árbol muy frondoso
enterraron morocotas
y buscarlo… es peligroso
Todo aquel que ha buscado
Las ansiadas morocotas
se vuelve loco, se enferma
la maldición lo sofoca
La hermosa mujer gallina
En las noches estrelladas
a unos cuantos borrachitos
los llamaba una mujer
con encantos exquisitos
Y el borracho al acercarse
privadísimo quedaba
al ver que en una gallina
la mujer se transformaba
Las gárgolas en las Chimeneas
Allá en los años sesenta
la fábrica de cemento
se sintió muy asediada
por humanoides sedientos
¡Esas son las gárgolas
de aquel castillo embrujado!
Decían los trabajadores
de la fábrica asustados
¡Pues las gárgolas! Decían
andan por las chimeneas
y en noches de luna llena
sin cesar revolotean.
Y tal vez hay otros cuentos
más historias que contar
por ahora, me despido
aquí dejo este cantar
Don Pío Lara