La «mayoría» de los 35 inmigrantes a bordo del barco humanitario Humanity 1, a los que el Gobierno de Italia prohibió el desembarco en el puerto de Catania (sur), emprendieron huelga de hambre en protesta por su situación.
Los inmigrantes fueron rescatados entre el 22 y 24 de octubre en el Mediterráneo central y siguen a bordo del barco, de bandera alemana y fletado por la organización SOS Humanity, que lleva anclado tres días en el puerto siciliano de Catania.
Fue el primer afectado por la decisión del Gobierno italiano, de la ultraderechista Giorgia Meloni, de permitir el desembarco solo de los inmigrantes «vulnerables» mientras que los que no lo fueran deberán ser devueltos a aguas internacionales.
Por esa razón, aunque llegó al puerto con 179 rescatados, tras una inspección médica por parte de las autoridades italianas, se permitió el desembarco de 144, esencialmente mujeres, niños y enfermos, mientras que el resto, todos hombres, permanecen a bordo.
La organización informó este martes de que «la mayoría» de estas personas emprendieron una huelga de hambre desde hace dos días para protestar contra esta situación.
Inmigrantes del barco Humanity
En el puerto de Catania también permanece anclado el barco Geo Barents de Médicos Sin Fronteras (MSF), que llegó con 572 inmigrantes y del que en un primer momento, tras la verificación médica, pudieron bajar 357 en estado de «vulnerabilidad».
Sin embargo, este martes se emprendió una segunda inspección dado que MSF ha alertado de un brote de sarna a bordo entre los 215 que seguían en el barco bloqueados, así como ataques de pánico y otros problemas de índole psiquiátrico.
La inspección prosigue tras más de 10 horas, aunque alrededor de la embarcación, en el muelle central del puerto, han aparcado varias ambulancias y dos autobuses.
Desde ayer lunes permanecían sentados en el muelle dos sirios que habían saltado desde la borda del Geo Barents, logrando llegar a tierra, a territorio italiano, por lo que reclaman actualmente poder solicitar asilo. MSF prevé brindarles asistencia legal.
Uno de ellos ha tenido que ser evacuado al hospital por tener fiebre mientras y otro también ha podido abandonar la nave después de que las autoridades hayan determinado que era menor de edad, un dato que ocultó en un primer lugar por miedo.
Al puerto ha acudido de nuevo un grupo de varias decenas de activistas de movimientos de izquierdas, la mayoría jóvenes, para expresar su solidaridad a grito de «libertad», «vergüenza», «resistencia» o «todos y todas libres».
Aunque al contrario que ayer, no se les permitió acceder a la zona que rodea la embarcación, delimitada con una reja y a la que solo puede acceder la prensa, si no que han tenido que mantener la distancia fuera de este área, desde donde gritan con megáfonos.
Por otro lado, la organización Ocean Viking de SOS Méditerranée ha pedido permiso para desembarcar en un puerto francés, preferiblemente la cercana Córcega, tras el rechazo italiano.
