En una toma improvisada recogen agua los vecinos de Trapichito (Foto: Dayrí Blanco)

A Milagros Rangel se le ve caminando con frecuencia por las calles de Trapichito. Lo hace empujando un viejo coche de bebé en el que lleva varios envases de agua que llena en una toma improvisada. No tiene otra alternativa. En esa comunidad no llega el servicio por tubería y muchos vecinos como ella deben caminar hasta 10 veces al día unas cinco cuadras.

Si tiene suerte, algún jovencito del sector la ayuda a levantar el peso en cada bache del asfalto y en las alcantarillas, de las que sale el agua para correr como un río cada vez que llueve con intensidad.

Ella trata de hacer esos viajes en las mañanas y al final de la tarde para evadir el sol. Pero hay ocasiones en las que no tiene otra opción porque en su casa no hay tanque ni tobos, por lo que depende de los envases de plástico de dos litros que ha recogido en las calles de Trapichito.

El lugar al que van queda en la parte trasera de lo que funcionaba como un Centro de Diagnóstico Integral (CDI) en esa comunidad. Como a Milagros, también se ve a muchos menores de edad llenando tobos y botellones para llevarlos a sus hogares. Es parte de su rutina diaria y no cesa nunca, ni en temporada escolar, vacaciones o los fines de semana.

La toma improvisada está conectada a un pozo que abastecía a ese centro de salud cuyas puertas están cerradas. Ahí mismo van muchos a lanzar sus desperdicios ante la falta del servicio de recolección de basura en Trapichito. Por lo que es habitual el llenado de los envases con moscas y otros insectos volando entre el mal olor.

Autoridades solo para la foto en Trapichito

El servicio de Hidro-Drácula de la gobernación de Carabobo no llega a Trapichito. Se trata de un sistema de camiones que comenzó a distribuir agua potable en sectores con déficit de este servicio. “Pero para acá no vienen”, dijo Milagros, quien tiene 28 años viviendo en la zona donde la falla ha sido persistente.

Ellos tampoco pueden pagar por cisternas ni botellones. “Hay que ir hasta Pedro Herrera, que es otro barrio, y pagar un dineral que no tenemos”.

Mientras tanto, las autoridades solo se presentan en dos ocasiones: en campaña electoral y cuando hay inundaciones. “Pero solo vienen para la foto, prometen cosas, se van y no regresan. Siempre hacen lo mismo”.

En Trapichito son múltiples los problemas que deben enfrentar. El del colapso de drenajes y canales es uno de los más severos, porque en cada temporada de lluvia se repite la historia de los desbordamientos y anegaciones de las viviendas.

El llamado de ellos es a ser tomados en cuenta y que se les solucionen sus problemas. “Ya no queremos seguir viviendo así”.

 




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