EFE

México se prepara para afrontar este lunes un tenso inicio del ciclo escolar, ante la negativa de los maestros contrarios a la reforma educativa de acudir a las aulas y la invitación del Gobierno para que los ciudadanos reporten los centros que no funcionen con normalidad.

Los integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), que se mantienen en huelga desde mediados del pasado mayo, reiteraron este domingo su voluntad de no comenzar las clases de educación básica el día de mañana, y en su lugar, realizar manifestaciones masivas en varios estados del país.

Ante la «falta de respuesta del Gobierno federal» para restablecer las mesas de trabajo con el magisterio, la Asamblea Nacional Representativa acordó continuar con el «paro indefinido», dijo en rueda de prensa Enrique Enríquez, líder de la CNTE en la Ciudad de México.

Enríquez manifestó su intención de dejar «muy claro» el grado de «responsabilidad» del Ejecutivo por el hecho de que los maestros afiliados al sindicato no acudan mañana a las clases, y denotó la «falta de visión política» de la Secretaría de Gobernación (Segob) y la Secretaría de Educación Pública (SEP).

Oaxaca, Michoacán, Guerrero, Chiapas y la capital serán algunos de los escenarios por los que discurrirán las marchas convocadas por la CNTE.

Por su parte, la respuesta que hasta el momento ha dado la SEP ha sido pedir a los ciudadanos que reporten aquellos centros que mañana no abran sus puertas -de manera anónima, si es que así lo prefieren-, para lo cual ha facilitado un teléfono y un formulario en su página web.

«Si en el inicio de clases se conoce de alguna escuela que no esté brindando los servicios educativos de manera regular, ya sea que se encuentre cerrada o funcionando parcialmente, debe ayudarse a la comunidad escolar reportando estas anomalías», pidió la SEP.

El presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, encabezará un acto para dar inicio al periodo de clases en una escuela de Toluca, en el centro del país.

Para el inicio de este ciclo escolar 2016-2017 está previsto que un total de 25,7 millones de alumnos de educación básica regresen a las aulas.

Desde la oposición, el presidente del Partido Acción Nacional (PAN), Ricardo Anaya, consideró que el día de mañana supone «la prueba de fuego del Gobierno federal».

Ningún niño de educación básica «debe quedarse sin este derecho por las amenazas de la CNTE», defendió el presidente del partido conservador, según recoge un comunicado.

El presidente de la Cámara de Diputados, Jesús Zambrano, hizo un llamamiento a los maestros para que muestren «sensibilidad» y no frenen el inicio de las clases.

En un boletín, el político del izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD) exigió que la CNTE actúe vía institucional en sus peticiones, porque «de lo contrario, podemos quedar ante un escenario que tenga consecuencias fatales y en el que nadie va a salir ganando».

Los maestros de la CNTE, organización con unos 200.000 afiliados y con gran fuerza en los estados del sur del país, llevan semanas reforzando sus protestas para pedir la derogación de la reforma de 2013 promulgada por el Gobierno, a través de marchas, plantones y bloqueos carreteros.




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