Sara Pacheco

El suceso de la mañana fue la retención de varias figuras políticas en el interior del Campo de Carabobo. Una multitud congregada era la pista para sospechar que algo pasaba. Carros estacionados a los lados y personas corriendo hacia un punto en específico era algo que preocupaba a quienes se desplazaban por el lugar. No obstante la sorpresa fue otra. Los políticos fueron liberados luego de un mal rato, pero lo verdaderamente excepcional era la presencia del sacerdote Lenín Ramón Bastidas Villegas. Las personas a su alrededor lo animaban a seguir, uno que otro le pedían una fotografía.

Desde aproximadamente las once de la mañana, decenas de personas esperaban fuera del Campo de Carabobo en espera del padre, quien está realizando desde El Tigre, estado Anzoátegui, un recorrido hasta Caracas. Hace exactamente una semana comenzó su peregrinación.

En horas del mediodía el padre llegó a Campo de Carabobo, municipio Libertador, donde pretendía realizar un juramento ante el Altar de la Patria, pero el acceso le fue negado, pues de acuerdo a los efectivos militares que resguardaban el lugar “no contaba con autorización”. El padre Bastidas se colocó en el piso de la entrada y desde allí realizó lo que se proponía, no sin antes bendecir a quienes resguardaban el monumento.

 Foto Saúl Zerpa

“Juro delante de los patriotas que murieron por la independencia que voy a morir si es necesario en Caracas, en una huelga absoluta de hambre y agua, para que el mundo sepa, sino se da una salida democrática a esta situación de humillación, a esta crisis humanitaria que existe en Venezuela, si no se da una respuesta inmediata después de la vigilia de mañana 29 para evitar la marcha del primero de septiembre, me voy a cocer los labios, me voy a atar con cadenas debajo del sol, hasta morir, para que el mundo sepa que Venezuela necesita ayuda (…) que Dios condene al mundo sino intervienen Venezuela inmediatamente (…) daré mi vida sin armas solo con amor para liberar a Venezuela del yugo del odio”.  

 Foto Saúl Zerpa

El sacerdote renunció a su parroquia -Nuestra Señora de la Soledad- para iniciar, según sus propias palabras, “una lucha nacional por la paz”. Pero afirmó que no se ha desligado en absoluto de la iglesia católica. El trayecto ha sido tanto a pie como en carro. Algunas personas le han ofrecido el aventón. A las tres de la tarde estuvo en la avenida Bolívar de Maracay, desde allí caminó hasta la plaza Bolívar. Descansará en el estado Aragua y comenzará de nuevo su viaje hasta Caracas. “Cuando me encuentre en Tazón, les informaré para quienes me quieran acompañar hasta allá se acerquen”, destacó.

“Dios va a tocar sus corazones. Sea lo que sea, si muero o no muero, comenzarán a surgir movimientos de paz”, dijo rodeado de un grupo nutrido de personas y varios funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana. Lo animaban con frases como “Dios está con usted padre”, “si podemos”, algunos en cambio entonaban “Dios está aquí”.




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