Este lunes cinco de diciembre en horas de la tarde, el primer ministro frances, Manuel Valls hizo pública su candidatura para las primarias que lo convertirían en jefe de estado. Estas elecciones se celebrarán en enero por lo que deberá renunciar a su cargo como primer ministro.
El socialista tendrá un camino difícil para alcanzar el palacio de los Elíseos, puesto que no goza de mucha simpatía dentro de su partido, siendo tildado de «autoritario», «áspero» y «divisorio». A esto se le suman tres de sus posibles contrincantes entre los que destacan: Sègoléne Royal, ex pareja del jefe de estado durante 29 años, ministra de medio ambiente y número tres del gobierno de Valls Najat Vallaud Belkacem, una hija de la inmigración marroquí, y la ministra de salud, Marisol Touraine.
Estas elecciones serán complicadas para el partido socialista, debido a la división en la que se ha sumido, contando con los reformadores y los viejos socialistas. Sin embargo ambas partes expresan su descontento ante el primer ministro, luego de que apoyara la prohibición del burkini; prenda que cubre el rostro de la mujer musulmana y la anulación de la nacionalidad para aquellos que estén condenados por terrorismo.
El presidente Francois Hollande ha expresado luego de renunciar a su reelección como primer mandatario: ”Presidente yo fui, presidente yo soy, presidente yo seré”. Esto en relación a su alejamiento de los comicios, producto de las insistencias y estrategias políticas de Valls, por lo que se cree que Hollande elegirá un gabinete que demuestre verdadera fidelidad.
El primer ministro apostará por una postura moderada, para así limpiar su imagen política y cambiar la percepción del pueblo francés y el partido al cual pertenece, pero no para estas elecciones, debido a que supone una derrota por lo que en verdad se prepararía para las de 2022.
