La secretaria de Seguridad Nacional Kirstjen Nielsen, que tiene sobre sus hombros la dura tarea de defender la controversial política de separar familias de emigrantes en la frontera sur de Estados Unidos, es criticada incluso por cinco primeras damas del país.

En la tarde del lunes, en una conferencia de prensa improvisada en la Casa Blanca, esta elegante mujer se reafirmó como la cara más visible de esta política de «cero tolerancia» implementada por Trump.

El gobierno «utilizará todas las leyes a su alcance» incluso si eso significa separar a niños de sus padres, dijo Nielsen.

Sin embargo, se ha afirmado que ella personalmente no está en favor de esta medida, que ha generado una condena nacional, incluso entre muchos republicanos.

Pero esta abogada de 46 años, desconocida por la población estadounidense hasta enero de 2017, es al mismo tiempo leal al presidente.

El desafío de Trump

Y esta lealtad la demostró al repetir palabra por palabra los argumentos de Trump: que el Congreso debe actuar para evitar estas separaciones, a las que obliga la ley, y presentar una reforma migratoria.

También demostró su lealtad al testificar bajo juramento en enero que no escuchó del presidente las palabras «países de mierda» al referirse a naciones africanas en un encuentro donde ella estaba presente.

El presidente tenía dudas de que esta mujer, una protegida del jefe de gabinete John Kelly, diera la talla al frente del departamento de Seguridad Nacional, creado a raíz de los ataques del 11 de septiembre de 2001 y que hoy maneja un enorme presupuesto y tiene a su cargo alrededor de 200.000 empleados.

Cuando Trump comenzó en meses recientes a mostrarse irritado por la cantidad de ilegales que llegan al país por la frontera sur y los pocos avances que se han hecho para construir un muro, Nielsen supo que tenía por delante una tarea difícil.

Ahora debe enfrentar una labor todavía más complicada, pues se trata de un tema rodeado de un contexto emocional, resaltado por fotos de niños tras las rejas en centros de detención separados de sus padres.

Corazón partido

Las exprimeras damas de Estados Unidos (cuatro), además de quien hoy ocupa ese puesto, Melania Trump, han mostrado su disgusto por esta política de separar a los niños de sus padres.

Rosalynn Carter, esposa de Jimmy Carter, dijo incluso que era una «vergüenza» para el país.

«Esta política de tolerancia cero es cruel, es inmoral, me parte el corazón», escribió Laura Bush, esposa del expresidente George W. Bush.

Michelle Obama, quien le sucedió como primera dama, retuiteó su mensaje con un comentario: «A veces la verdad va más allá de los partidos políticos».

Hillary Clinton afirmó que «destrozar familias» va contra los valores de Estados Unidos.

En cuanto a su vida privada, Nielsen es conocida por su obsesiva privacidad. Se sabe que es nativa de Colorado, que creció en Florida y que no está casada. Pero poco más




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