Desde la noche del
jueves, los más de 100 detenidos que permanecen recluidos en los calabozos del
Cicpc-Valencia iniciaron una huelga de hambre como medida de protesta para
exigir trasladados a centros penitenciarios y en rechazo la situación de
hacinamiento que enfrentan.
Paralelamente a esta huelga, los familiares de los detenidos
protestaron en las afueras de la sede del Cicpc, en rechazo a los supuestos
maltratos de que son objeto los privados de libertad.
Se conoció que desde la noche del jueves los presos se
declararon en huelga de hambre, ante la negativa que han tenido de los
funcionarios para ser trasladados y negaron que sean los pranes los que no
quieren recibirlos.
Familiares comentaron que muchos de los detenidos ya tienen
orden de traslado a un centro penitenciario pero los funcionarios supuestamente
no han querido hacerlo por razones desconocidas y alegaron que los mismos han
sido maltratados físicamente con bates y palos.
Otro motivo por el que los detenidos habrían iniciado la
huelga de hambre fue por una requisa hecha la tarde del jueves, en la cual los
funcionarios hallaron una segueta, con la que al parecer pretendían romper los
barrotes de las celdas para poder evadirse.
Durante la protesta, una fiscal del Ministerio Público salió
para conversar con los manifestantes y confirmó que los presos estaban en
huelga de hambre y que estaban exigiendo traslados, al tiempo que reconoció que
había algunos lesionados.
Yasmira Landaeta exigió a las autoridades competentes
solucionar la situación de hacinamiento y un cese a los maltratos físicos
contra los detenidos.
Alegó que los funcionarios presuntamente les botan la ropa y
muchas veces no dejan pasar la comida.
Más de 30 funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana
estuvieron presentes en la sede policial para prestar apoyo a los funcionarios
de la policía científica. (DLV)