Historia de Vida
Sara Pacheco
Los colores son la máxima representación de la fiesta de La Zaragoza o Fiesta de los Santos Inocentes en el estado Lara, celebrado cada 28 de diciembre. Se realizan en el pueblo de Sanare, ubicado a unos un mil 358 metros sobre el nivel del mar. Este año hubo una variación, Roberto Torrealba, habitante y asistente asiduo de esta celebración, cumplió 36 años seguidos participando en las festividades.
Lo que el señor Torrealba hace cada año, y esta vez lo emularon 800 personas inscritas en el ayuntamiento, es disfrazarse de loco o locaina. La tradición remite a que los hombres vistan ropas femeninas. Otros se disfrazan con retazos de telas de diversos colores, ambas puestas en escena van acompañadas de pequeñas campanas que dan música a los pasos. Los personajes van por el pueblo jugando bromas a los turistas y residentes cercanos.
Torrealba se mantuvo quieto esta vez, generalmente los participantes se dirigen temprano a la misa de la festividad y luego se reunen en la plaza del pueblo. Frente a su hogar dispuso una pancarta que mostraba cada uno de los distintivos que lo identificaban como parte de la fiesta a lo largo de estos 36 años. “Hoy en día es muy diferente a como comencé. Antes se hacían en máquinas de escribir y tardaban más de 20 minutos. Ahora es en computadora y realmente rápido”, explicó.
Sus parientes muy orgullosos, acompañaron a Torrealba, quien no dejó de vestir el acostumbrado atuendo. Mostró igualmente un muñeco sentado con otro de sus disfraces. Cada residente que se dirigía a la misa felicitaba a Roberto por su hazaña, entre las estrofas del tamunangue “Ay Zaragoza”, que se mezclaba con el aire. Comentó que desde la adolescencia quiso formar parte de la tradición, la mayoría de las personas que participa cumple promesas.
Esta manifestación religiosa y cultural venezolana recuerda la matanza de miles de niños, ordenada por el rey Herodes, al sentirse engañado por los Tres Reyes Magos, quienes le darían el lugar exacto del Nacimiento de Jesús, de esta manera evitaría el nacimiento del Mesías arrebatando su liderazgo.
