Los últimos tres meses del 2016 no fueron fáciles para Kim Kardashian. A comienzos de octubre del año pasado fue víctima de un traumático robo a mano armada en un hotel de París, luego de ser atada en el baño y amenazada por dos ladrones que le sustrajeron joyas por un valor de 10 millones de dólares. El hecho le afectó tanto que empezó a cultivar un notorio perfil bajo, retirándose de las redes sociales y enfocándose en sus sesiones de terapia.
«Familia» fue la palabra que acompaña la imagen de la socialité donde aparece junto a su marido y sus hijos, North y Saint West, misma que ya cuenta con más de 2 millones de «me gusta».