José Araujo, de 78 años, fue declarado muerto a causa de una neumonía. Pero sorprendentemente regresó de la muerte en una de las camas de emergencia del Hospital Universitario de Maracaibo.
En la sala emergencias, su familia se abrazaba para consolarse. No había palabras que aliviaran su pena, pero revivió.
Una de las nietas habría rogado al camillero que la dejara despedirse de su abuelo. Ya había pasado una hora desde que les informaron de su muerte, y justo en ese momento notó cómo Araujo respiraba. «¡Está vivo! Mi abuelo está vivo!, gritó la joven.
De inmediato, el abuelo fue trasladado hasta la emergencia para atenderlo. Su hija María Araujo considera que es una bendición muy grande. Los médicos dicen que su condición de salud es estable. Pero tiene líquido en los pulmones y permanece sedado.
A pesar de todo la familia sigue orando por él.
Hace unos siete años, José Araujo también puso a correr a sus parientes cuando durmió por siete días, luego de tomar una pastilla para descansar.